La industria del cine se reunió en la noche en Los Ángeles para homenajear a una de esas cada vez más escasas estrellas completamente imperecederas: Sofía Loren.
La italiana, que hizo historia cuando se convirtió en la primera extranjera en conseguir un Oscar a la mejor actriz en 1961 por una película de habla no inglesa (La ciociara, de Vittorio de Sica, en la que interpretaba a Cesira), acudió emocionada a una ceremonia organizada por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. A la cita con la inmortalidad de la intérprete acudieron casi un millar de amigos y admiradores.A sus 76 años, esta italiana de mirada gatuna y carácter arrebatador, considerada por la Academia como "uno de los mayores tesoros del cine", se presentó bella y conmovida ante una audiencia de profesionales y allegados. Como maestro de ceremonias estaba el actor Billy Cristal, que la definió como "su primer gran amor".