Ring the Alarm: Alarma contra los ‘derechos de los pedófilos’

Por Jaume Mor, responsable de Prensa y Redes Sociales en Global Humanitaria

Martijn es el nombre de una asociación holandesa creada en 1982. Nacida de una revista, se transformó en una asociación cultural con el objetivo de promover la aceptación social de las relaciones sexuales entre niños y adultos.  Martijn defiende, entre otras medidas, que quede abolida en la legislación holandesa la edad mínima de consentimiento para tener relaciones sexuales.

Sí, lo habéis leído bien. Martijn es un grupo de pedófilos pro pedofilia. Y aunque, varios de sus miembros han sido condenados por diversos delitos relacionados con la explotación sexual infantil, la justicia holandesa ha decidido que su existencia es legal.

Desde 2003, este grupo es el objetivo de una campaña de mobilización ciudadana a favor de su ilegalización y disolución, y, desde 20111, se enfrentó a una petición de la fiscalía que solicitaba su prohibición. Aunque en junio de 2012 un tribunal prohibió la asociación, una apelación llevada al Tribunal Supremo de Holanda revirtió esa decisión en abril de 2013 considerando que el derecho a la libertad de expresión ampara las peticiones de la asociación aunque su puesta en práctica implique la comisión de delitos.

Ring the Alarm

El alcance de esta controversia ha provocado una movilización internacional concretada en la iniciativa Ring the Alarm, a favor de la re-ilegalización de Martijn. Esta petición, impulsada por las asociaciones Action pour les Enfants de Camboya -que gestiona el Proyecto Protect en este país- y Operation Bobbi Bear de Sudáfrica, pide que el Gobierno de Holanda promueva de nuevo la ilegalización de Martijn.

Aunque la sentencia a favor de este grupo es firme, los firmantes de la petición -entre los cuales Global Humanitaria- consideramos en la petición que el Gobierno neerlandés ha firmado varias convenciones internacionales de protección de la infancia que le obligan a implementar legislación que impida que organizaciones similares a Martijn operen y existan.

Global Humanitaria consideramos, con los promotores de esta petición, que aunque una sociedad pueda tolerar que se “glorifique el contacto sexual con niños” en nombre de la libertad de expresión, quienes no pueden tolerarlo son los niños, y que el hecho de esta exaltación, en sí, misma, “perturba la vida de los niños” y vulnera sus derechos.

Imposible consentimiento

Por mucho que sea una obviedad, parece que hay personas que todavía no entienden que los niños lo son porque no han llegado a su madurez física ni mental, y que, por tanto, no pueden consentir tener relaciones sexuales, porque no son capaces de discernir el impacto que ello va a tener en sus vidas. Detrás de cada uno de estos ‘consentimientos’ lo que hay es una historia de abuso de poder de un adulto, cuando no una violencia directa.

La campaña pretende recoger las firmas del máximo de organizaciones de todo el mundo para apoyar esta petición, de modo que se cree un precedente para la prohibición en otros países de este tipo de asociaciones pro pedofilia. Además de organizaciones, también pueden firmar la petición todas aquellas personas individuales que lo deseen.

Aquí podéis firmar la petición para la re-ilegalización de la Asociación Martijn

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