Nos da el comienzo, a Rita y a mí, aquel grande, Yeats:
The intellect of man is forced to choose / perfection of the life, or of the work, / and if it takes the second, must refuse / a heavenly mansion, raging in the dark. / When all that story's finished, what's the news? / In luck or out, the toil has left its mark: / that old perplexity, an empty purse, / or the day's vanity, the night's remorse.Levi-Montalcini, ganadora del Nobel de Medicina en 1986 por haber descubierto el llamado factor de crecimiento nervioso (NGF= Nerve Groth Factor), dice que ella, para conciliar lo inconciliable −life or work− ha escogido el 'fracaso' tanto en uno como en otro frente. Según sus propias palabras: imperfection of the life and of the work. Y lo dice alguien que tuvo que luchar contra unas condiciones claramente adversas: ser mujer en el seno de una familia judía que para nada tenía previsto que las hijas se dedicasen a una carrera universitaria (como sucedía en el seno de la sociedad italiana de su tiempo); ser judía en tiempos del fascismo de Mussolini primero y de Hitler después, con una Italia arrasada por la Segunda Guerra Mundial.
Una buena muestra para saber en qué condiciones trabajaba Levi-Montalcini es el siguiente texto que ahora copiaré. Pienso que en estas palabras está una de las claves de la motivación por el estudio cuando todas las circunstancias son adversas. Se trata de cuando, entre los años 1941 y 1942 Rita está dedicándose al estudio, clandestinamente, (los judíos habían sido expulsados de sus puestos en la docencia y en la investigación) con ayuda de su profesor Giuseppe Levi. El objeto de tal estudio: la neuroembriología. Rita se pregunta, años después, cómo pudieron concentrar sus investigaciones en este tema y con tanta pasión cuando «los ejércitos alemanes ocupaban Europa sembrando muerte y destrucción y amenazando con aniquilar la mismísima civilización occidental. La respuesta está en la desesperada y en parte inconsciente voluntad de ignorar lo que ocurre, porque la plena consciencia nos habría impedido seguir viviendo».
Rita Levi-Montalcini, Turín 1902
Es paradójico cómo el ser humano reacciona ante circunstancias totalmente adversas, y también es algo formidable. No todos, evidentemente, llegan a esta heroicidad, pero sí se constata que cuando nos vemos rodeados de una vida sin peligros, acomodados en una complaciente y muelle existencia, no damos lo mejor de nosotros mismos. El 'estado del bienestar' nos ofrece sobradas pruebas de ello. La propia Rita, unas páginas más adelante, cuando está narrando cómo Italia se empieza a ver liberada por las fuerzas aliadas, termina analizando: «Desaparecido el peligro que amenazaba nuestras vidas, de pronto carecíamos de la fuerza, o de la inconsciencia, que ayuda a superar los momentos más difíciles de la vida, y nos embargaba un desánimo parecido al que presentan los convalecientes de enfermedades largas y graves».Rita Levi-Montalcini, a sus ciento dos años de edad, nos ofrece un libro extraordinariamente bien escrito, una crónica del siglo XX bajo el prisma de una vida que ofrece una increíble cantidad de datos, muy precisos, lo cual indica la formidable memoria de la autora, puesto que, como ella misma confiesa, nunca llevó un diario en el que anotar tantos detalles. Las partes dedicadas a narrar los fallecimientos de sus seres queridos son las más hermosas, literariamente hablando, así como la cuidada capacidad descriptiva de paisajes y ciudades, a ambos lados del Atlántico. Por último, a quien esté interesado desde el punto de vista médico y biológico del NGF, se le ofrecen unos detalles al final del libro.