Ritual para tomar café

Seguro ya conoces mi amor por el café. Me encanta todo lo que es. Su grano y su proceso de vida, su elaboración, el cuidado con el que un barista lo prepara y el aroma que te golpea cuando justo lo tienes cerca. Todo, todo es exquisito. 
Cuando escribí las 50 cosas sobre mí, uno de los puntos que más llamó la atención es que tengo un ritual para tomar café. ¿Un ritual? Si, es mi forma de ofrecer respeto a todo aquello que ocurre antes de que yo pueda disfrutarlo. Un buen café se merece eso y más. 
Es algo simple: abrazo el café, me lleno de su aroma y luego disfruto cada sorbo. 

¿Por qué lo hago?

Una vez tomé un taller sobre barismo. Lo hice porque me interesaba conocer más de ese mundo llamado café. Una de las personas que habló sobre la historia del café, concluyó su discurso con esto: "A veces las personas dicen que jamás pagarían más de tres dólares por una taza de café. Si supieran todo lo que pasa con ese grano antes de que llegue a su paladar, pagarían eso y más". 
A partir de ese momento comencé a visitar coffee shops locales y a comprar y disfrutar diferentes tipos y variedades del café. Me volví un poco más exigente a la hora de probar, degustar y saborear el café. Empecé a respetar más a los baristas, sus diseños (#latteart) y todo lo demás. Incluso, dejé de echarle azúcar. Concluí que si el café necesita azúcar es porque no es un buen café. ¡Hasta me puse maniática! Jaja Esta es una de mis manías.

Yep, no me gusta dañar el diseño de los baristas. Claro, al final lo que importa es que sepa bien y te haga sonreír. A mí me calma, me da serenidad. Por eso disfruto tanto cada sorbo y le tengo tanto respeto. 
Y tú, ¿tienes un ritual para tomar café o te lo tomas tal cuál y sin darle mucha importancia?