Por primera vez en cincuenta y ocho años de competencia el campeón de la Copa Libertadores de América se coronará en tierras europeas a miles de kilómetros de su lugar de origen y todo ello por la incapacidad de no poder organizar un partido de enorme trascendencia e importancia.
Los actos de vandalismo ocurridos en las afueras del estadio de River Plate pusieron en jaque la realización de tan importante partido, que luego de varias reuniones y de analizar diversas opciones pudo por fin concretarse el lugar, día, fecha y hora de la que podríamos llamarla como la final más larga de la historia del futbol.
No hay que ser mezquinos y reconocer que en algo si tuvieron razón los argentinos cuando catalogaron esta final como una de las más esperadas y es que luego de tantos problemas e inconvenientes esta final sí que se hiso esperar, a tal punto de poner en duda la realización del partido porque nadie se ponía de acuerdo y cada quien velaba por sus intereses.
La Conmebol pudo por fin llegar a un acuerdo con cada uno de los directivos de ambos clubes y el interés de los españoles en organizar la final de la Copa Libertadores de América en la que se enfrentan nada más y menos que los clubes de mayor rivalidad en la Argentina fue tomando fuerza hasta llegarse a concretar y dar por terminado a esta larga espera que tenía preocupado a todos los aficionados del futbol.
Entre River Plate y Boca Juniors saldrá el primer y creo yo único campeón de la Libertadores fuera de Sudamérica, esperemos que sea así, no es posible que una final, un partido de gran importancia para esta parte del continente no pueda realizarse aquí, lo único que sabemos que esta final se vio empañada y desdibujada por actos extradeportivos que pudieron ser evitados y controlados si todos ponían más de su parte, los argentinos no podrán ver la final tan esperada y anhelada por ellos en su suelo algo que sin duda perjudica por completo a los verdaderos hinchas.