#Músicaparaelencierro. Otro tremendo aporte de Carlos el Menduco. Luego de su tan mentado "Reality Dream", trilogía que incluye su registro homónimo de la incursión en las tablas con ese notable doble en vivo, lo maravillosos polacos se adentraron en una nueva etapa, con nuevo sonido, con muchas sorpresas, con búsquedas y nuevos desarrollos, y así nació este tremendo "Anno Domini High Definition", un disco menos metalero pero a su vez muchísimo más salvaje, brutal, porque es pura psicodelia pero de una forma bellamente bestial, y entonces vimos que las sorpresas recién empezaban y el futuro nos depararía (a nosotros, a ellos como músicos, a todos) un sinúmero de interesantes posibilidades. Siguiendo el derrotero de los geniales polacos, llega este mazazo que te golpea desde los pies a la cabeza, esta crítica en forma de disco conceptual en el que se adentran en la vida del mundo actual, con sus prisas, su estrés y toda su mierda, y el efecto que las nuevas tecnologías tienen en nuestra vida cotidiana. Son sólo 44 minutos, pero ¡qué 44 minutos! Mamita!
Artista: Riverside
Álbum: Anno Domini High Definition
Año: 2009
Género: Metal Progresivo
Nacionalidad: Polacos
Duración: 44:29 Minutos
Cuando se habla de Riverside se hace referencia a uno de los proyectos principales del genio multinstrumentalista polaco Mariusz Duda quien sería algo así como el Steven Wilson de Europa del Este. El grupo es, sin lugar a dudas, uno de los máximos exponentes del Metal Progresivo de la actualidad: Entre tantos clones de Dream Theater y demás bandas carentes de personalidad propia catalogadas dentro del género, Riverside se eleva sobre las masas trayendo al mundo un sonido experimental prácticamente único producto de la fusión entre el metal clásico y el rock progresivo sinfónico sin olvidarse del toque espacial que caracteriza al proyecto paralelo de Duda llamado Lunatic Soul. Groseramente se podría decir que Riverside es lo que se obtiene cuando metemos en una licuadora a los contemporáneos Porcupine Tree en su etapa más heavy junto a Marillion y Pink Floyd, siempre con una altísima cuota de mérito y experimentación por parte de estos tremendos músicos.
Las influencias mencionadas no son nada más que un par de nombres propios para darles una vaga idea de que se pueden encontrar al oir los primeros tres discos: Musicalmente el grupo marcó una holgada impronta sonora con el correr de los años desde su debut con "Out Of Myself" en el año 2003, pasando por su aclamada obra magna "Second Life Syndrome" (2005) y el seguidor "Rapid Eye Movement" (2007) completando la trilogía.
Y para quien no conozca este disco, aquí tiene un pequeño adelanto de este contundente mazazo en el medio del coco:
"Anno Domini High Definition", lanzado en 2009, es el cuarto trabajo discográfico del grupo. Desde mi punto de vista Riverside busca darle en esta ocasión un nuevo enfoque al sonido del grupo, mucho más metalero y agresivo, con el objetivo de renovar musicalmente todo lo hecho hasta ese entonces. Sí bien esa visión instrospectiva que Marito le supo poner tanto a las líricas como a las melodías en sus pasados trabajos sigue intacta, ahora se manifiesta acompañada de un mantra mucho más frenético y dinámico que los anteriores álbumes. Sin lugar a dudas es el disco más intenso de la banda polaca, con un estilo distinto y mucho más maduro que sus antecesores pero sin perder la identidad musical que caracteriza a Riverside.
Hyperactive abre el disco con una sutil introducción de piano clásico la cual se va disolviendo al llegar pasando el primer minuto entre una muralla de riffs ásperos de guitarra y muchos sintes que le hacen buena compañia, ésta antagonía sonora es solamente un aviso de lo que vamos a encontrarnos con el correr de los minutos. Ya por los dos minutos la voz de Mariusz se hace presente la cual va turnándose con los instrumentos en una especie de llamada y respuesta, seguido a esto regresan los sintes y el hammond haciendo lo que se les da la gana, jugando con la improvisación y los cambios de tiempos, llevándonos al clímax de la mejor manera posible. Una línea de bajo le da paso a Driven to Destruction y, de igual manera que en Hyperactive, la atmósfera se vuelve más pesada tras la entrada de los sintetizadores y la viola eléctrica que nos acompaña con un fraseo heavy hasta los dos minutitos, de fondo el hammond dando un par de pinceladas y sintes, muchos sintes. En menor medida y con más suavidad, las vocales vuelven a presentarse alternadamente con los instrumentos de manera similar al anterior tema. Para cerrar, rock espacial a la orden del día contrastado con momentos de furia, el Riverside que a mi me gusta. La percusión repiqueteando y la viola en modo funk nos indican que comenzó Egoist Hedonist. A los segundos se suma Duda y de fondo, acompañando a las vocales en eco, se asoma el bajo tirando líneas funkies y los teclados de Lapaj que aparecen lentamente con timidez. Llegando a los dos minutos, tras una ráfaga heavy de corta duración pero lo suficientemente potente como para volarte las chapas, arribamos nuevamente a la disco de Marito Duda. Just let me live without your pain reiteradamente hasta explotar por completo, fantástico. Comienza el pasaje instrumental a todo trapo, riff mediante, y escucho algo raro que entra en acción... ¡Trompetas! Joya, ésto se puso bueno. Tras el mencionado intermezzo, Duda retoma con los cánticos y por debajo la viola de Grudzinski acompaña de manera sublime. Con el correr de los segundos los sintes y teclados van haciéndose presentes lentamente volviéndonos a llevar a ese pseudo estribillo pegajoso el cual revienta como lo hizo anteriormente, pero en esta ocasión termina derivándonos en un pasaje de estilo floydiano. A partir de los 6 minutos nos vamos sumergiendo en una melodía mucho más psicodélica de corte oriental que entre sintetizadores, muro de guitarras heavies y mucho más lío lisérgico, nos acompaña hasta el ocaso del tema. La siguiente pieza, Left Out, es un tema épico. El bajo abre expectante y le da paso a un delicado punteo de guitarra, la clara reminiscencia a las baladas que forman parte del Damnation de Opeth se hace notar desde el comienzo. Suspenso, mucho. Suena una sirena de fondo y la voz de Mariusz, misteriosa y quebradiza, nos dice lo siguiente: "Huddled in the corner Disillusioned My lifeless stare is fixed On your silhouettes You're disregarding me Passing me by Like I'm not even here Maybe I'm not Maybe I'm somewhere else..." Terrible. Piotr sigue punteando su viola con sutileza y continúa sumerguiéndonos en una atmósfera oscura. Pasado el solo, aparece Duda nuevamente... "I used to be one of you with the same spark in my eyes And now I don't belong to this place It's a matter of merciless time I wholly vanish..." ------------
Vamos ahora a un par de reseñas de otra gente a las que este disco les voló el marote.
Escuchar Riverside exige una atención especial al detalle: frente a su aparente simplicidad (la ausencia de alardes virtuosos en este género es lo que tiene), podríamos perdernos en un mar de matices y melodías entrelazadas en cuanto escucháramos con atención. No hay nada al azar en los discos de los polacos, que tras una trilogía inicial impecable me tenían ansioso para ver por dónde salían, cómo pensaban desmarcarse del lógico bloque que forman tres discos con una continuidad musical y lírica bastante notable. Siendo uno de mis grupos favoritos esto se unía a las ganas naturales de querer un disco nuevo cuanto antes, así que estaba claro que este iba a ser uno de los lanzamientos del año.Furia contra la máquina
No es fácil dejar atrás el legado de una trilogía como Reality Dream. Con estos discos se labraron una reputación magnífica en el mundo del progresivo y, aunque distintos entre sí, los discos estaban claramente enfocados en una misma dirección musical. Terminada la trilogía era hora de girar el volante, cambiar de rumbo, atreverse con nuevas cosas, y no es que lo hayan hecho bien, es que Anno Domini High Definition es, en todos los sentidos, un disco perfecto. No hay peros, no hay nada que se le pueda cuestionar a lo largo de los 44:44 de duración que tiene; de hecho, ni siquiera veo cuestionable la corta duración, sobre todo últimamente que los discos cortos me atraen bastante.
La confianza que los chicos de Riverside tienen en sí mismos es tan grande que no han dudado en plantear un disco con sólo cinco canciones largas, lo cual no te deja posibilidad de meter ningún relleno, y sobre todo compuestas siguiendo una premisa básica: centrar toda la calidad individual en crear cada vez una canción distinta, enérgica, en la que nadie destaque por encima de los demás. Así, cada uno de estos cinco temas es un pequeño mundo lleno de detalles, muy distintos entre si pero al tiempo muy bien hilados. Parece que se propusieron ser ellos mismos pero buscando sacar la garra más que en otras ocasiones, ser compactos, que cada canción fuera un puñetazo.
Si la intención era no repetirse, lo han logrado. Si querían exceder mis expectativas, misión cumplida. Querían ser más duros y lo han conseguido sin problema alguno. Querían una orgía de órganos hammond, de riffs potentes y solos melódicos, de voces emocionantes, de baterías energéticas llenas de elegancia…y el resultado no podría ser más satisfactorio. Supongo que este disco será exactamente lo que ellos querían, pero desde luego que en mi caso es mucho más de lo que yo podría haber esperado, y era muchísimo. No quepo en mí de gozo cada vez que escucho este disco, un disco que imaginé buenísimo y que ha resultado ser aún mejor.
La evolución mostrada por Riverside a lo largo de sus primeros tres discos de estudio hacían prever el nacimiento de 'uno de los grandes' del género, tanto por claridad de ideas, ejecución y cuidado de su propuesta, como por el traslado de los mismos que hacían al directo. Con este cuarto redondo, 'Anno Domini High Definition', los polacos dan el salto definitivo a la liga de las estrellas. De nuevo con una idea conceptual bajo el brazo, en tan solo cinco temas de una pulcritud apabullante.Javier Moreno Vega
Las canciones se han estructurado con tal continuidad y dinamismo, que además de encajar perfectamente unas con otras, consiguen que no luzca alguna en especial sobre el resto, sino que el conjunto sea el factor predominante. De esta manera, la gratificación llega con una escucha de principio a fin, en la que gozaremos de secciones ambientales y atmosféricas, pero con un premeditado giro hacia vertientes más duras, con incipiente presencia de riffs y duelos con los teclados.
De inicio, 'Hyperactive' es un ejercicio puro y duro de clase y saber hacer, con la marca Riverside por bandera, donde brillan las guitarras por encima del resto, sin desmerecer la versatilidad de Mariusz y su amplitud de registros. 'Driven To Destruction' tiene un inicio intrigante, con un punteo sencillo, al que se van añadiendo el resto de instrumentos para iniciar la melodía central, basada en un perfecto colchón de teclados, junto a una base rítmica completísima, siempre con especial protagonismo de Michal en continuo duelo con la guitarra de Piotr. El resultado es un efectivo corte muy ambiental, pero aguerrido a la vez, donde los múltiples cambios de ritmo están brillantemente acoplados y estructurados.
Con 'Egoist Hedonist', así como los dos sucesivos, llega el momento en que Riverside echan el resto. Temas largos, sólidos y complementados. Es en este primero donde más sorprenden, con un inicio muy ambient, cercano al universo de nuestro querido Steven Wilson, con pinceladas electrónicas, que marcan la tónica global del corte, magníficamente integradas con unos riffs guitarreros que degeneran en pasajes acelerados, metálicos, sabiamente relajados con una sección de viento sorpresiva y espectacular. Sin duda es la canción que más me ha enganchado del álbum, por su conjugación de pasajes, variedad de ideas y desarrollos.
'Left Out' nos trae la vena más intimista de Riverside, con una presencia global de todos sus miembros sobresaliente, donde la complementariedad instrumental inunda el ambiente de paz, respaldado el conjunto por las pinceladas melancólicas de la voz de Mariusz y los coqueteos pinkflydianos de las seis cuerdas de Piotr. Pero ojo, también tienen aquí cabida hammonds, riffs cortantes y baterías enérgicas, fruto del mejor metal progresivo que actualmente se puede encontrar. Como cierre, la brillante 'Hybrid Times' redunda en concepto, haciendo fácil lo difícil, donde la variedad de estructuras y la sutileza con que se entrelazan harán las delicias del oyente.
Por si fuera poco, en su edición especial viene incluido un DVD con su actuación del pasado año en la sala Paradiso de Amsterdam, la cual os recomiendo encarecidamente si no tuvisteis la oportunidad de ver en streamming a través de esta web, y gracias a la ya desaparecida FabChannel.
Con 'Anno Domini High Definition' Riverside han dejado ser ya una brillante promesa, para convertirse en una realidad incuestionable, digna portadora del estandarte progresivo de vanguardia y merecedora de un espacio destacado entre los grandes del género.
Puntuación: 8,5/10
Solamente les digo, este es un discazo, no se lo pierdan, no sean nabos.
Lista de Temas:
1. Hyperactive (5:45)
2. Driven To Destruction (7:06)
3. Egoist Hedonist (8:56)
4. Left Out (10:59)
5. Hybrid Times (11:53)
Alineación:
- Piotr Grudzinski: Guitarras
- Michal Lapaj: Teclados
- Piotr Kozieradzki: Batería
- Mariusz Duda: Vocales, Bajo y Guitarra Acústica