El reencuentro.
Con este tomo termina la historia de Elaine y Arthur, o eso parece. Me ha gustado bastante cómo se resuelve todo, aunque hay un par de cosas que me han chirriado de este tercer volumen. La primera es la forma en la que Elaine vuelve a ser la que era, no es que no me guste cómo pasa (ver algo de sentimiento en una historia nunca está de más), pero me dio la sensación de que se hizo en dos tandas para alargar un poco la historia... no sé, me pareció un poco forzado.Y la otra es la actitud Finn casi al final del tomo, cuando se encuentra frente a un enemigo. Me decepcionó su decisión, me habría gustado otra conclusión sobre todo teniendo en cuenta cómo está representada Roma en general en este manga. Todos los romanos, desde el emperador hasta cualquier ciudadano normal, son el mal... pero el mal puro y duro, y esto se refleja en cada una de las situaciones en las que interviene un personaje romano.
Salvo estas dos cosas, el manga sigue igual de bien que en sus anteriores tomos. El dibujo sigue igual de espectacular y la amistad sigue siendo uno de los ejes centrales de la trama. Aunque no deja de ser un medio con el que el autor transmite un mensaje antirracista, o por lo menos eso es lo que me ha transmitido a mí esta historia, además de poner en valor el esfuerzo personal como medio para conseguir las metas que uno se pone en la vida, y el valor para afrontar las adversidades que nos presentan.
En general me ha gustado mucho este manga, me ha dejado sensaciones muy positivas, es cierto que me hubiese gustado una historia un poco más bélica a partir de cierto punto, pero bueno, aún así Bestiarius ha sido una grata sorpresa n-n.