Un todos contra todos.
Uau, este manga ha cogido un ritmo frenético en un par de tomos. El principal responsable de esto es Hendriksen, que cada vez le importa menos el mantener en la sombra sus movimientos y actúa de una forma más abierta. Lo bueno de esto es que ya hay caballeros sagrados que se empiezan a oler el pastel, y la verdad es que no les gusta ni un pelo el objetivo de su capitán. Aunque lo que peor llevan son sus métodos, esto ha hecho que se revelen en su contra unos cuantos personajes que no me esperaba para nada que lo fueran a hacer, y sorpresas como esa son de las que más disfruto en una historia xp.A parte de esto está el rey Arthur, que por ahora no ha hecho gran cosa salvo dar a entender que en nivel de combate, es un auténtico monstruo (y ya digo, eso sin mover un dedo). Su historia me sigue teniendo muy intrigado, tanto su motivación como su carácter real son un misterio.Pero lo mejor son las peleas... aquí pilla todo dios. Salvo Arthur, en este tomo vemos lanzar algún ataque a todos los demás, y la inmensa mayoría de ellos también reciben otro de vuelta. El autor nos había acostumbrado a que los Deadly Sins casi no sufrieran daños serios en sus combates contra los Caballeros Sagrados (salvo Ban, pero dada su condición, es una excepción xD), pero eso se acabó. Las habilidades de Growther son temibles, y su arma es bastante peculiar (yo no me la esperaba así para nada), verle luchar en serio me ha gustado mucho, aunque tal y como finaliza el tomo... me da que lo gordo está por llegar.En resumen, otro tomazo más a la lista de este manga. Que siga así que no hay ninguna queja.Revista Libros
Conflicto en la capital