![Robeisy, un campeón sorpresivo Robeisy, un campeón sorpresivo](http://m1.paperblog.com/i/162/1623699/robeisy-un-campeon-sorpresivo-L-Yk6wuS.jpeg)
La Habana (PL).- Casi por tradición, las sorpresas existen en todos los deportes, y a veces de ellas se habla más que de las actuaciones esperadas, pues quedan entre lo más sobresaliente en la vida de un deportista o equipo, aunque luego jamás se acerquen a un gran rendimiento.
En Juegos Olímpicos Cuba hace rato no disfrutaba de ellas y Londres-2012 rompió la mala racha con los primeros puestos del tirador Leuris Pupo y el boxeador Robeisy Ramírez.
Ninguno de los dos exhibía medallas en Campeonatos del Mundo ni aparecían entre los primeros del listado mundial, pero ambos regresaron con el máximo pergamino.
Tomando el caso del pugilista, llegó a la justa estival con solamente un cetro en la temporada, el del Torneo Internacional Giraldo Córdova Cardín, celebrado en su país.
Con anterioridad a la contienda londinense había obtenido bronce en el torneo de Strandzha, Bulgaria, y no combatió en el Usti Nad Labem checo porque no se convocó su categoría.
Además, había caído 14-17 frente al bronceado olímpico Vicenzo Picardi en el Trofeo Alvaro Chiabolotti organizado en Italia, en una votación que provocó el disgusto de los entrenadores cubanos.
Aunque su calidad estaba fuera de duda, pues de las categorías juveniles venía con invicto y con un aval impresionante, entre los mayores Ramírez solamente había conquistado un oro importante: el de los Panamericanos de Guadalajara-2011.
Llegó entonces su momento, y justo cuando más ansía todo atleta, en unos Juegos Olímpicos.
La capital del Reino Unido lo puso a prueba y no falló pese a celebrar cinco combates, iniciados exitosamente 19 golpes por siete ante el japonés Katsuaki Susa y 22-10 contra el tailandés Chatchai Butdee.
Luego vino el tramo más exigente, pero Ramírez no se achicó y cerró a todo tren, con victorias frente al anfitrión Andrew Selby (16-11), el irlandés Michael Conlan (20-10) y el mongol Tugstsogt Nyambayar (17-14) en la final.
EL ORGULLO DE ROGGE
Es probable que el belga Jacques Rogge no haya reparado en eso, pero el boxeador cubano Robeisy Ramírez le ha dado el mejor espaldarazo posible a uno de sus sueños más caros: Los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Con apenas una edición realizada, el titular del Comité Olímpico Internacional (COI) está muy optimista con lo logrado en Singapur hace dos años, pero ahora tiene más motivos que nunca, porque ya al menos un campeón de esa lid refrendó la corona entre los mayores.
Todo parece indicar hasta ahora que solamente el caribeño ha podido festejar en las dos Olimpiadas que ha visto en su vida.
Incluso si no fuese el único, eso no le resta mérito alguno: lo hecho en Londres se ubica entre las grandes actuaciones de los deportistas cubanos, una razón de peso para ser seleccionado como el Novato del Año del deporte cubano.
Con apenas 18 años cumplidos, el chico de la Ciudad Nuclear se mostró de verdad "atómico" en la justa londinense, donde no creyó en el aval de los oponentes y a cada uno les impuso su ritmo y los doblegó.
Al contrario de otros pugilistas que equivocaron el plan sobre el encerado de la Arena ExCel, incluidos compañeros de equipo, el joven caribeño fue todo el tiempo agresivo y jamás se conformó con ventaja alguna, por amplia que fuera.
Siempre se ha dicho que el ataque es la mejor defensa, y este es un caso perfecto para ilustrarlo.
A veces es peligroso arriesgar en el boxeo porque con un golpe puedes perderlo todo (recordar a Alfredo Duvergel en Atlanta-1996), pero nadie gana hasta tanto el árbitro le levante el brazo, y unos cuantos vieron esa imagen antes de que ocurriera.
Eso agiganta aún más la actuación de este inexperto muchacho, que prácticamente de la nada saltó con garrocha hacia lo más alto en el deporte, y si el sol no lo encandila tiene en sus manos la posibilidad de convertirse en una verdadera leyenda.
De momento le hizo un gran favor a Rogge, aunque todavía el médico belga quizás no lo sepa.
cw/lpo