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Robert e. howard: el pulp y conan el cimmerio

Publicado el 28 noviembre 2009 por Jimalegrias
ROBERT E. HOWARD: EL PULP Y CONAN EL CIMMERIO
"Todo voló, todo acabó
Por tanto levantadme sobre la pira
El festín ha terminado
Y la lámpara ha expirado"
Después de escribir estos breves versos, el 11 de junio de 1936, a los 30 años, Robert Erwin Howard bajó al garaje, se metió en su coche y se pegó un tiro en la sien con un colt que había pedido prestado a un amigo. Murió unas horas después.
¿Las causas de su suicido? Se ha escrito mucho sobre las supuestas razones: la profunda frustración que le suponía a Robert no poder vivir dignamente de su trabajo y pasión, la literatura, y la estrechez económica en la que malvivía lo habrían deprimido y agotado. También se ha hablado de la veneración, que rozaba la obsesión enfermiza, que sentía por su madre, que había entrado en coma- por causa de una operación de vesícula biliar- unas horas antes de dispararse en la sien... e incluso algunos biógrafos inciden en el hecho de su inestabilidad psicológica y tendencia a la melancolía, introversión, depresión y otros trastornos.
O puede, es mi particular apreciación, que lo más congruente resultaría de la concatenación y suma de todos estos elementos; un todo explicativo, multifactorial, muy a tener en cuenta en la última decisión de Robert.
Robert E. Howard nació en Peaster,Texas. Era un gran lector, una inteligencia brillante, introvertido, sonámbulo, de físico enclenque, por lo que tuvo que aprender a defenderse rápidamente de los otros chicos de su edad, que lo hacían blanco de sus burlas, y comenzó a ejercitarse con pesas y a asistir a clases de boxeo, hasta convertirse en un adolescente fuerte y musculoso.
La relación con sus padres, en especial con su madre, resulta inquietante y perturbadora: una fuerte sobreprotección que se dice busca aislarlo del degenerado mundo que los rodea, una educación rígida y apego desproporcionado a su madre, unas normas de conducta demasiado severas y austeras para un niño...
ROBERT E. HOWARD: EL PULP Y CONAN EL CIMMERIO
PULP. LA SERIE B DE LA LITERATURA.
La literatura popular del siglo XX, el Pulp: revistas de relatos de fantasía, misterio, terror, erotismo, etcétera, confeccionados en un soporte de papel pulpa de celulosa y ediciones lo más sencillas y baratas posibles, para el alcance de todos los bolsillos en plena depresión norteamericana, y con una determinada periodicidad. Un poco los precursores de los fanzines: grapas, maquetación e impresión cutre, sin guillotinar, dibujos de ilustradores aficionados...
Robert E. Howard, junto con el círculo de los Bloch, Lieber, Burroughs, Jack Williamson, Lovecraft(el intercambio epistolar entre Robert y Howard es fluido y brillante), Clark Ashton Smith fueron los pioneros- si exceptuamos considerar los seriales de Dickens y Dumas del XIX como literatura Pulp propiamente dicha- en esto de la literatura popular barata con héroe, intriga, violencia, sexo, ciencia ficción y demás ingredientes de género. 25 millones de lectores repartidos entre las revistas Weird Tales, Detective Story, Doc Savage, etcétera, llegó a tener el llamado Pulp en su Edad de Oro, gracias a personajes como Tarzán, Doc Savage, Phantomas o John Carter.
El Pulp ejercía la función de fábrica de sueños y aventuras para las clases más humildes, que disfrutaban de la posibilidad, por unos cuantos centavos, de una forma de suntuoso escapismo no reñida, en muchas ocasiones, con una gran calidad literaria.
Robert E. Howard se especializó en el envío de relatos a Weird Tales. Relatos de todo tipo y género: policíaco, deportivo, oeste, terror, fantástico... y allí, entre las páginas amarillentas de la revista, cobraron vida personajes de la contundencia de Kull El Conquistador, Sonja La Roja, Salomon Kane, Steve Costigan o... CONAN EL CIMMERIO!!
ROBERT E. HOWARD: EL PULP Y CONAN EL CIMMERIO
CONAN EL CIMMERIO. LA EDAD HYBORIA.
"Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades, y los años de aparición de los hijos de Aryas, hubo una edad no soñada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas: Nemedia, Ophir, Brythunia, Hyperborea, Zamora, con sus mujeres de cabellos negros y sus torres de terrorífico misterio; Zingara, con sus caballeros; Koth, que hace frontera con las tierras de pastos de Shem; Estigia, con sus tumbas guardadas por sombras; Hyrkania, cuyos jinetes llevan acero, seda y oro. Pero el más orgulloso reino del mundo es Aquilonia, que reina suprema en el dormido occidente.
Y allí llegó Conan, el Cimmerio, cabello negro, adustos ojos, espada en mano, ladrón, asaltante, asesino, de grandes tristezas y grandes alegrías, preparado para pisotear con sus pies calzados con sandalias los enjoyados tronos de la Tierra."
Robert E. Howard fue un apasionado de la mitología y la historia antigua. Creó de la nada, como Tolkien, toda una cosmogonía situada en una idealizada Edad Antigua, entre el hundimiento de Atlantis y la edad moderna, a base de estrujar mitos, innovar leyendas, construir nuevos relatos, para situar a sus personajes en la llamada Edad Hyboria: un universo particular, una visión alternativa de la Historia generada por su brillante ingenieria creativa, en donde convivirían Dioses, caos y orden, fuerzas elementales de la naturaleza, magia, violencia y brujería, etcétera.
Una Era violenta, primordial, en donde la fuerza de la espada y los conocimientos alquímicos y mágicos serían los recursos básicos de la supervivencia humana. Un mundo sólo apto para los más fuertes.
Conan es la gran creación de Howard, además de la más popular: un musculoso e indomable bárbaro- que desciende muy joven de las montañas de su gélida Cimmeria natal para bautizarse en la batalla- con el que recorremos, a sangre y fuego, todo ese mágico y brutal universo de la Era Hyboria, combatiendo a entidades demoníacas, destronando a perturbados reyes, asaltando criptas de antiguas culturas ya devastadas por el tiempo... Conan es la aventura en estado puro: a través de todo tipo de paisajes y escenarios exóticos se mide constantemente con lo extraordinario y sobrenatural, siempre en firme paso hacia adelante, transformándose por el oscuro y sangriento camino a sí mismo y al mundo que lo rodea.
Para l@s que no hayáis leído todavía nada de Howard, me gustaría deciros que su calidad literaria está fuera de toda duda. Su prosa es ágil y vigorosa, con elaboradas descripciones de ese universo primitivo y del perfil y circunstancias de los personajes que por él pululan.
Asomarse a "La Torre del Elefante", " Los Gusanos de la Tierra", " Clavos Rojos", " Más allá del Río Negro" es volver a sumergirse en el placer vital y necesario de la AVENTURA, con mayúsculas, del itinerario de la muerte, el miedo, la sorpresa, el amor y la venganza...
Howard es la sublimación de la épica, la bella y oscura lírica que el de Peaster macera de " esa catastrófica propensión de los seres humanos a dominarse los unos a los otros", que escribió Thomas Mann.
“Los pequeños poetas cantan de cosas pequeñas; de esperanzas, de alegrías y fe; de pequeñas reinas y reyes de juguete, de amantes que se besan y se unen, y de modestas flores que se cimbrean al Sol. Los grandes poetas escriben con sangre y lágrimas y agonía que, como las llamas, devoran y arrasan. Alcanzan la ciega locura con sus manos, en la noche; sondean los abismos que representan la muerte; se arrastran por golfos donde serpentea la locura y locas y monstruosas pesadillas que quieren destruir el mundo”( José Rubio)

Le camp y Carter finalizaron sus relatos inéditos y ordenaron su ingente labor literaria.
Me imagino a Howard tecleando con su vieja máquina de escribir en su casa de verano a medianoche, con las ventanas abiertas: “El día en que no pueda sostenerme solo, será el día de mi muerte”( Conan en "Villanos en la Casa")
Saludos de Jim. Por Crom.

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