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Robert Frost, Segando
No había en el bosque otro sonido, sólo uno,el de mi larga guadaña susurrándole al suelo.¿Qué le susurraba? Ni yo mismo lo sabía;quizás algo sobre el calor del sol,algo, quizás, sobre la falta de sonido–y por eso susurraba en vez de hablar.No era un sueño sobre el premio de horas ociosas, o del oro fácil en la mano de un hada o elfo: cualquier cosa que no fuera la verdad habría parecido muy débilal amor serio que dispuso el valle en filas,no sin tallos de flores con espinas débiles(pálidas orquídeas), y asustó a una brillante serpiente verde.El hecho es el sueño más dulce que el trabajo conoce. Susurró mi larga guadaña y dejó el heno por hacer.
Robert Frost, MowingThere was never a sound beside the wood but one,/ And that was my long scythe whispering to the ground./ What was it it whispered? I knew not well myself;/ Perhaps it was something about the heat of the sun,/ Something, perhaps, about the lack of sound—/ And that was why it whispered and did not speak./ It was no dream of the gift of idle hours,/ Or easy gold at the hand of fay or elf:/ Anything more than the truth would have seemed too weak/ To the earnest love that laid the swale in rows,/ Not without feeble-pointed spikes of flowers/ (Pale orchises), and scared a bright green snake./ The fact is the sweetest dream that labor knows./ My long scythe whispered and left the hay to make.Robert Lee Frost (San Francisco, 1874- Boston, 1963). Versión de Griselda García ©N.B.: Esta traducción, como todas las de mi autoría en este sitio, está en constante revisión.