¡Ay qué ver que ya no nos quedan artistas transtornados como los de antes! Y los poquitos que hay, los meten en museos de estos modernos donde te dicen que cuatro tubos fluorescentes son arte (verídico) y a una se la queda cara de papa frita. ¿Dónde están esos seres a los que tú más que un pincel les darías el teléfono de un psicólogo? ¿Qué ha sido de ellos? ¿Se dedican a hacer performances de esas? En fin, sea como fuere, da gusto encontrar a alguno que todavía sigue vivito, coleando y dándole a la brocha.
Aquí el amigo Robert Gonsalves lleva unos cuantos años quedándose con la mente del personal gracias a las ilusiones ópticas de sus pinturas. Su conocimiento sobre la arquitectura siempre le ayudó a jugar con las perspectivas, pero reconoce que el arte de Dalí y Magritte también han influido en su obra. ¡Por no hablar de MC Escher! ¡Yo creo que esas se las desayuna todos los días migaditas en el café!
El caso es que hay que mandarle muchos abracitos y mucho amor a este señor porque ya está rondando los 60 años y sólo hace 4 pinturas al año. Sí, cuatro. Esto es porque se pasa un montón de tiempo pensando cómo será el siguiente cuadro y claro, no le da para más. Dicen las buenas lenguas que es justo esa planificación lo que hace que su estilo, en vez de surrealista, sea más de crear un “realismo mágico”. ¡Toma ya! Y puede que esto haya sido sin drogas ni nada, ¿sabes?
Vía: Cultura Colectiva