Sin embargo, el debate está cobrando intensidad en EEUU a pesar de que existen serias dudas sobre si son realmente prácticos para el Gobierno Federal. De hecho, uno de los mayores problemas es que el Gobierno podría sentir la tentación de recomprar esos bonos si el crecimiento fuera demasiado fuerte, lo que provocaría unos pagos de intereses demasiado elevados.
Este instrumento no es nuevo. En los años 90, países como Bulgaria, Bosnia y Costa Rica emitieron warrants que referenciaban los pagos al crecimiento como forma de diversificar más allá de los bonos tradicionales, con un cupón fijo. Argentina lo hizo más recientemente, y estos bonos rindieron más que la deuda soberana convencional. Ahora, con los países desarrollados ahogados en deuda, Shiller ha escrito mucho sobre cómo reemplazar parte de la deuda gubernamental por participaciones en el crecimiento futuro, llamándolas eufemísticamente Trills (de trillionth en inglés).
Según Shiller, este concepto ayudaría al Gobierno a manejar el riesgo usando deuda ligada al crecimiento para complementar la tradicional, no para sustituirla. Además, haría la idea más atractiva para otros paises con problemas de deuda. Si Estados Unidos emite este tipo de títulos alentaría a otros países y así dejaría de ser visto como un intento desesperado, lo que les liberaría de su estigma. Y sería una distribución del riesgo mucho más racional.
La idea no está del todo descartada: en un reciente informe del departamento del Tesoro de EEUU, fechado el 1 de febrero, había toda una serie de posibilidades para la deuda, entre ellas estos bonos ligados al PIB. Estos bonos tendrían un cupón ligado a las perspectivas de crecimiento, al estilo de los TIPS, que son los bonos ligados a la inflación.
Eso sí, sería deuda a largo plazo y pagarían anualmente una fracción del PIB nominal. Según los cálculos de Shiller, el coste de estos Trills serían de unos 150 puntos básicos sobre los treasuries a corto plazo. De hecho, el economista cree que podrían venderse fácilmente y a un "precio realmente bueno" debido a que el PIB ha seguido creciendo nominalmente en los últimos años. En un estudio reciente, Shiller cree que el rendimiento de este tipo de bonos podría rivalizar con el del S&P; 500 y con mucha menos volatilidad.
Según los datos de la web Data 360.org, el crecimiento nominal del PIB trimestral ha sido de media un 4% en el último año, lo que supera el rendimiento logrado por los mercados de renta variable en largos periodos de tiempo.
Shiller sostiene que este tipo de títulos no tienen por qué tener necesariamente connotaciones negativas. Cree que el pensamiento no convencional nos enseña importantes lecciones, y que los Trills no son muy diferentes de los instrumentos financieros que usan las empresas.
"El mundo financiero es muy tradicional porque es miedoso. Debemos aprender más de aquellos países que tuvieron problemas, porque cuando los tuvieron aprendieron cosas".Como recuerda el WSJ, lo que está en juego en EEUU es muy importante. Han llegado ya las primeras advertencias de las agencias de rating, y si no mejora la situación, a EEUU le costará cada vez más financiarse. Shiller tiene claro que el Gobierno debe asegurarse de que el déficit no se le escape de las manos. Eso sí, reconoce que duda de cómo recibiría el público estos títulos, pero reducir la carga inmediata del pago de la deuda. "Sería un paso adelante hacia la mejora de la situación fiscal".Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización