Un rostro conocido se robó recientemente las miradas de los comunicadores venezolanos radicados en Lima, en el Teatro Municipal de esa ciudad. El actor Roberto Moll, invitado especial al acto de juramentación de los decanos electos del Colegio de Periodistas de Lima y Perú, dejó sus emociones a flor de piel tras notar la presencia de quienes crecieron viendo sus novelas y obras de teatro en los últimos 40 años.
"Como saben, soy peruano por nacimiento pero venezolano por convicción desde el mismo momento en que llegué a esa tierra hermosa, aquel 10 de agosto de 1976. Tengo la doble nacionalidad y desde hace cuatro o cinco años he sido traído a Perú por productores de telenovelas y obras de teatro. Nunca he perdido la continuidad laboral en mi país de origen", revela en medio de la calurosa tarde de aquel viernes de verano.
Moll, quien viene de saborear el éxito en nuestro país tras la proyección de "La planta insolente" -cinta de Román Chalbaud en la que interpretó a Cipriano Castro-, se encuentra en Lima atendiendo una invitación de América TV para encarnar al villano de la telenovela musical "Cumbia Pop", de gran audiencia entre los peruanos. El próximo 13 de abril estrenará en el teatro Ricardo Blume la obra teatral "La música", adaptación del productor Mateo Chiarella, y luego asumirá un par de compromisos más para completar el año calendario frente al Océano Pacífico: el montaje de una obra de García Lorca y la personificación de Winston Churchill en el Teatro Británico.
"Será un año muy fuerte en el ámbito laboral. Agradezco a Dios por encontrarme bien de salud a mis 70 años", confiesa el avezado histrión, cuya voz se quiebra ante las inevitables preguntas sobre la situación actual de Venezuela. "Amo a Venezuela, amo a los venezolanos... Oro todos los días por el bienestar de la tierra que adopté voluntariamente", expresa entre sollozos.
-¿No volverá a Venezuela por lo que resta de año?
-Me gustaría regresar en las próximas navidades, luego de cumplir con los compromisos laborales en Lima. Me lo he prometido a mí mismo. Tengo muchos grandes amigos que me invitan a volver. Como uno no sabe lo que sucederá mañana, lo que simplemente estoy expresando son deseos. Pero soy muy optimista.
Pienso que en Latinoamérica está todo muy revuelto actualmente. Lamentablemente, debemos entender que unas pocas familias se están adueñando del planeta Tierra y causan desastres. Le digo al pueblo, a los venezolanos de a pie, que debemos ser optimistas. Los venezolanos no merecen lo que está pasando. Todo se va a arreglar.
-¿Qué le queda en nuestro país?
-Dejé muchas cosas, pues Venezuela me ha dado todo: una hija maravillosa, Natasha, y unos amigos maravillosos con los que me "whatsapeo" todos los días.
Venezuela me dio la oportunidad de ser primer actor en una agrupación teatral muy respetada en toda Latinoamérica, Rajatabla, y de participar con ella en más de 20 montajes en 32 países del mundo. RCTV me permitió hacer más de 20 telenovelas durante todos mis años de trayectoria en ese canal.
-Todos los días le pido a Dios que le dé luz y cordura a los dirigentes del país, para que podamos vivir en paz y prosperidad. Los seres humanos son más importantes que la política, el poder y el dinero. Nosotros no nos vamos a quedar eternamente aquí... Somos pasajeros de esta nave que flota en el espacio y tenemos el derecho de pasar nuestra breve existencia en paz, en armonía, con inteligencia. No nos debemos dejar llevar por el animal que tenemos dentro, sino aplacar a la bestia y volvernos seres humanos.
-¿Cuál debe ser, a su juicio, el compromiso actual de los artistas venezolanos con el país?
-Hablar muy bien de Venezuela, siempre, donde estemos. Hablar muy bien de ese pueblo maravilloso, trabajador, humilde, sincero y rebelde, y también hacer votos en nuestras oraciones para que vuelva la racionalidad a la mente de los dirigentes, sin perder el optimismo. Debemos estar agradecidos por lo que hemos recibido en esa tierra de gracia, donde me enseñaron cosas valiosas. Los amo entrañablemente, con mucha gratitud. Pronto estaremos de vuelta.
-¿Cómo deberían ser recibidos los venezolanos en Perú?
-Con los brazos abiertos. Venezuela recibió siempre a gente de todas las nacionalidades sin pedir nada a cambio. Es una obligación de los peruanos abrirle la puerta a los venezolanos, ayudarlos en lo que sea. Y me alegra saber que los peruanos se den cuenta que tratan a gente muy valiosa, profesional. "Pa' lante es pa' lante", como se dice en Venezuela. Perú es un gran país que necesita de los venezolanos. NP