Más de 500.000 mil personas se acercan anualmente a la hermosa ciudad de Nottingham atraídos, entre otras cosas, por el nombre de Robin Hood.
Héroe y villano, Robin de Locksley o Robin Longstride, como también se le conoce, ha despertado la imaginación de muchos y ha visto evolucionada su historia a lo largo de los siglos. No en vano, es uno de los personajes de ficción (o real) más usados por los cineastas. En total se calculan unas 70 películas. La última, de Ridley Scott y Russell Crowe como director y protagonista respectivamente, se estrenó en el año 2010.
Hay multitud de escritos y baladas sobre Robin Hood, donde le llegan a tratar como un caballero o le dan el título de noble. La primera mención manuscrita sobre Robin Hood la encontramos en 1377, en el poema de William Langland “Pedro el Labrador”.
Eran tiempos de mucha pobreza, principalmente por los elevados impuestos que se tenían que pagar, por lo que, ante ese panorama, la idea de un héroe en esos tiempos se antojaba casi necesaria.
Se cuentan una decena de bandidos que usaron el apelativo de Robin Hood, creyéndose que era la forma en que se llamaban comúnmente entre ellos los bandidos del bosque.
Pero más allá de las baladas, historias o películas que existan, también hay indicios que hacen pensar que Robin Hood existió realmente, mezclándose así realidad y ficción.
La realidad es que los expertos identifican a dos Robin Hood, ambos de Yorkshire: un Robert Hood forajido que vivió en el siglo XIII y un Robert Hood de Wakefield que vivió casi 100 años después.
Existe un documento legal que data de 1226 donde se califica a Robert Hood como fugitivo.
Sin embargo, la mayoría de documentos legales datan de los siglos XIII y XIV y en ellos se recoge que Robin Hood nació alrededor de 1290 con el nombre oficial de Robert en el condado de York, Wakefield. Hijo de Adam Hood, más tarde legaría a su hijo el apellido de su profesión, guardabosques.
Falleció cerca de 1346 en el monasterio de Kirklees. Aunque no hay datos reales de dónde está enterrado, según cuentan los relatos, su tumba yace a unos 600 metros del monasterio pues Robin, antes de perder las fuerzas, disparó una flecha por una de las ventas de su habitación y le pidió a su amigo, el pequeño John, que le enterrase donde ésta cayera.
La ficción es que no hay suficientes pruebas para saber con seguridad si Robin Hood fue realmente un héroe o un simple guardabosques que intentaba sobrevivir en esa época.
Sea como fuere, las baladas y relatos se han encargado de darle un aire de romanticismo a este querido personaje, pero la historia cuenta hechos probados de la vida de varios personajes reales que han dado origen a uno de los relatos clásicos más famosos sobre el bien y el mal. Robin Hood.