Desde hace algún tiempo algunas agencias como Associated Press están utilizando robots para generar contenido. ¿La razón? Aumentar la producción de contenidos cada tres meses de 300 a 4.000 historias. La idea no es que los robots reemplacen a los periodistas sino que se usen para facilitar su trabajo y que se encarguen entre otras cosas del procesamiento de datos.
Sobre dicha realidad se habló en la pasada Global Editors Network, donde se expusieron experiencias como la de Los Ángeles Times en la que uno de sus robots escribió un texto de dos párrafos sobre un terremoto que ocurrió tan sólo 3 minutos después del suceso:
De esta forma las máquinas se plantean como un complemento al trabajo del redactor, como por ejemplo para generar noticias a tiempo real de hechos puntuales que luego completa el periodista o para cubrir contenidos con datos que de otra manera un ser humano no podría extraer y procesar en un tiempo que casi roza lo instantáneo.
La siguiente pregunta que surge es ¿somos los usuarios capaces de diferenciar el contenido creado por uno y otro? Según un estudio reciente de la Universidad de Karstad la respuesta es que es muy difícil diferenciar a un robot periodista de un humano periodista. Según palabras del propio informe “los aspectos de calidad recibieron mejor puntuación al contenido de redactores y la confianza y objetividad fueron las características destacadas del contenido automático”.
Datos aparte, de lo que no hay duda es que la evolución es imparable y real y como siempre habrá quien lo vea en positivo como una oportunidad de mejora o como una amenaza.
¿Cuál es tu punto de vista?