El pueblo de rochdale, un pueblo pequeño pero muí bonito y antiguo, de vista parece como cualquier otro, pero que no te engañe pues ay más de lo que ves a simple vista, está rodeado de un bosque grande y hermoso, está alejado de la ciudad de echo la ciudad más cercana se encuentra a más de cincuenta kilómetros, un pueblo muí pacifico al parecer, pero como les dije antes no ay mucho más que ver.
Nuestra historia comienza con Kevin joven de unos dieciséis años aproximadamente, venia de la gran ciudad, pues su madre había heredado una casa que perteneció a su tío, como él no tenía hijos ella era el pariente más cercano, Kevin no estaba de acuerdo con la mudanza pues dejaría a sus amigos, y lo más importante para él su novia liza, pero la decisión estaba tomada. Después de dos horas de camino por fin llegaron al pueblo, como se los dije antes, lo rodeaba un bosque espectacular, pero rochdale tenía algo extraño, pues así lo noto Kevin desde que llego, para empezar las calles estaban totalmente vacías, los comercios cerrados, y era realmente temprano como para que estuviera tan solo, pero su mama le decía que así suele manejarse en los poblados más pequeños, aun así a Kevin le parecía extraño, la gran sorpresa se la llevó al llegar a su nuevo hogar, la casa era grande, pero muí vieja y descuidada, aparte era la última de la calle, así que solo tenía un vecino a un lado y del otro el inmenso bosque, Kevin no era alguien asustadizo de echo era valiente, pero eso no le quitaba lo inquietante del panorama de su nuevo hogar.
La noche se llegó, su primera noche en una casa y vecindario nuevo, esa noche trascurría con normalidad, era ya un poco tarde pero Kevin no podía dormir, pasaron unas horas cuando Kevin observo unas luces por su ventana atreves de las cortina, al asomarse observo que eran varios jóvenes como de su edad con unas velas en las manos uno de tras de otro, el ultimo era una chica de piel blanca, cabello negro y mirada penetrante, ella lo había visto por la ventana y Kevin lo sabía, pero lo que más le preocupaba era que asían, a las tres de la mañana con velas encendidas y caminando hasta adentrarse en el oscuro bosque, y eso era apenas la primer noche, después de eso Kevin no pudo dormir bien, el siguiente día todo paso sin inconvenientes, en esa noche también durmió tranquilamente. Era su primer día en la escuela nueva, su madre lo dejo a la entrada, kevin observo el panorama y era gris, no era como en las otras escuelas en las que avía estado, pues los chicos se comportaban como robots, no había ruido alguno, no se empujaban solo caminaban a sus salones sin hablar si quiera, a este punto Kevin sabía que algo no estaba bien en este pueblo, buscando cuál era su salón y horarios la vio, a la misma chica de aquella noche, era inconfundible ese pelo negro y esa piel blanca y lo más importante esa mirada penetrante, que a Kevin lo ponía nervioso y ala ves era algo extraño, todos eran extraños. Ella paso por un lado de él y le susurra, Kevin tu salón es el seis, Kevin se queda helado, como sabia su nombre, ni siquiera lo conocía y solo se habían visto unos segundos por la ventana. Algo sucedía y Kevin cada vez se sentía más intrigado.