Este libro es, en palabras del también poeta y presentador del acto, Rafael Soler, un libro de amor luminosamente oscuro, compuesto a su vez por tres poemarios: El beso del demiurgo, Monstruo en prácticas y La captura de lo invisible.
Asistimos a la lectura de casi una treintena de poemas. Lectura apasionada en la que el autor nos acercó a sus obsesiones, al Drácula que puebla sus sueños y a las mujeres que giran alrededor de su vida y su obra.
La presentación fue todo un éxito de público y ventas. Ni una silla libre en la Planta de Arriba del Comercial. Todos quisimos acompañar a Fernando López Guisado durante la presentación de su poemario y allí estuvimos, con el poeta, con el amigo.
Le pido que conteste a algunas preguntas que nos permita conocer un poco más su obra. Fernando accede con una sonrisa.
¿Estás de acuerdo con Rafael Soler cuando afirma que Rocío para Drácula es un libro de amor?
Resulta imposible no estar de acuerdo con Rafael. Sí, es un libro de amor. Como decía el verso de Mandelstam “el mar y Homero: todo se mueve por amor”. A veces tengo la sensación de que querer tanto va a terminar matándome por asfixia, haciéndome tropezar y fracasar. Envidio a los robots. Tienen mucha suerte. Me cambio por el hombre de hojalata en el país de Oz, por un androide gélido de Ciencia Ficción, por un psicópata o un lobo desconectado de cualquier sentimiento. Pero aquí estoy: amo luego existo. No puedo evitarlo. Que alguien me diga cómo se baja uno del carruaje, sin partirse el corazón y las piernas si es posible.
¿Por qué dividir este libro en tres poemarios?
Cada uno tiene su propia estructura, su propia voz, sus propios postulados y canta a cosas comunes pero aún así diferentes. Era necesario. Lo pedía el propio libro en su arquitectura trabajada, en su variedad. También supone cierto reto para la capacidad creativa, deliberado y objetivo, en un esfuerzo de meterme en el traje ceñido de voces que no suelo emplear con frecuencia, pero que están ahí. A veces hay que aceptar el guante que te echa la vida y subirse a un vagón del tren fantasma con arrestos a pesar del miedo. No obstante, los tres poemarios mantienen un hilo conductor que los une y les da mimbres en forma de imaginería que se repite en todos y evoluciona en su canto. El gato. La mujer, una y todas. El Otro Lado. Lo invisible. El monstruo interno y externo. La noche. La luz. La muerte. El demonio. Cosas muy comunes.
¿Cuál de los tres nos muestra al Fernando más real?
El poeta es un fingidor. Y Fernando es un narrador además de poeta. Precisa de nivelar su entorno novelando y analizando. Nunca es real, y nunca deja de serlo. Es como pedir que elija qué parte de mi cuerpo es la que me define mejor como hombre, como individuo, como miembro del colectivo… No se puede aislar una de las facetas. En realidad, Fernando no es una persona ni por asomo “real”, cada día se transforma paulatina e irremisiblemente en un fantasma de la imaginación de otros. Todo es un punto de vista ¿Cuál es la parte del Fernando poético con la que se queda el lector en cada momento? Eso sí que me interesa en cuanto a saberme un alma importante para los ojos de otro, no un mero espectador de un sueño que jamás ocurrirá.
Un poema que refleje el espíritu del libro.
El editor dice que “Tiovivo” es muy bueno. El público lo celebra con entusiasmo. Resultó seleccionado en la contraportada sin que yo lo supiera. Así que no se puede luchar contra el destino. Respondamos pues: “Tiovivo”.