Revista Cultura y Ocio

Rock Star Jagger

Publicado el 19 mayo 2014 por Portman918 @ecosdelvinilo
Les dejamos un fragmento de su biografía más completa
Rock Star Jagger
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

El devenir del rock & roll de las últimas décadas no puede ser comprendido en su totalidad sin acudir a personajes como Mick Jagger. La voz de los Stones ha sabido mantenerse en el ojo del huracán sin perder la cabeza y su biografía Jagger: Rebel, rock star, rambler, rogue (Gotham Books, 2011) del periodista Mark Spitz, lo confirma. Les dejamos un extracto que habla por sí solo. Es Jagger en su máxima expresión.Rock Star Jagger"Se puede decir que la gran cita filosófica de Mick Jagger de 1965, un año crucial, no es “I can’t get no satisfaction” (no consigo satisfacción), sino “we piss anywhere, man” (Meamos donde queremos, tío), pronunciada en una fría noche en una gasolinera donde no se le permitió al grupo que utilizara el servicio. De esta forma, no se pretende minimizar la sísmica (I can’t get no) satisfaction, a la cual se le ha dado tal importancia que la está perdiendo; escúchala hoy y recordarás lo buen single que es. La gente escribe esto sobre (I can’t get no) satisfaction, claro. Ocupa constantemente los primeros puestos de las listas de ‘Los mejores tal’ o ‘Los mejores cual de la historia’, hasta tal punto que quizás no nos haga falta escucharla más, pero su aparición en un capítulo de la serie Mad Men (transportándonos al verano del 65) fue como agua en el desierto. “¡Oh claro! ¡Esa canción!”. Y aún así, siendo un macho alfa de las canciones y una obra de arte, no deja de ser sólo una canción. Sin embargo, “meamos donde queremos, tío”, es una ideología.El incidente duró unos dos minutos, como una gran canción pop de las de antes. Pero, a su manera, era mucho más potente y más política que bastantes de los éxitos que los Stones obtuvieron más tarde. “Meamos donde queremos” se publicó el 18 de marzo de 1965, y sólo tardó uno o dos días en subir en las listas y acaparar el tipo de atención que ayudaría a los Stones a pasar de la preocupación pop a la arena política, como ocurrió con Bob Dylan. Eran portavoces del “hago lo que quiero”, tal como escribió el periodista Keith Altham en la revista NME un año después.La leyenda ya está impresa y los detalles no son tan importantes, pero puede que ocurriera así. Los Stones, con un nuevo número uno del Reino Unido después de que Little red rooster alcanzara los primeros puestos de las listas un poco antes de las vacaciones de invierno, volvían de un nuevo conciertazo en Romford, al norte de Londres. Eran más de las doce de la noche, hacía frío y los cinco andaban apiñados en el coche de las giras. Al recibir la llamada de la naturaleza, el grupo paró en una gasolinera de Stratford, en las afueras de la capital. De primeras fueron educados. Bill Wyman le preguntó al pulcro encargado, Charles Keeley, si podía utilizar el servicio. Keeley, como la mayoría de su generación, sabía quienes eran los Rolling Stones, pero aún tenía que aceptarlos. Había estado trabajando toda la noche a la intemperie, y, a esas horas, ya no le importaban las pintas de la banda. Así que le ordenó al grupo que se largara. Cuando los Stones se quejaron, Mick Jagger tomó el control de la situación, le dio un codazo a Keeley y anunció: “Mearemos donde queramos, tío”.Rock Star JaggerEn su testimonio, Keeley contó que se encontraba a oscuras y rodeado de unos “monstruos de pelo desgreñado”, que empezaron a cantar al unísono: “¡Mearemos donde queramos! ¡Mearemos donde queramos!”. “Uno empezó a bailar al son de esa frase”, recordaba Keeley. Para demostrar que iban en serio, Wyman se bajó la cremallera y orinó en el muro del garaje. Luego, los Stones volvieron al coche y siguieron su camino, saludando por la ventanilla con un gesto de 'que te jodan' ”.



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