James Brown reivindicó el orgullo de ser negro en su 'Dilo en alto, soy negro y estoy orgulloso'
A pesar de que hay entornos en los que se identifica el término orgullo con gay (es más propio decir homosexual), esta variante de la autoestima va más allá del arco iris, de modo que existe la orgullosa satisfacción de pertenecía a país, ciudad o equipo de fútbol, el sentimiento de gozo que puede producir el triunfo de los hijos, los padres o los amigos, la complaciente sensación que surge del éxito tras grandes dificultades…, o simplemente el orgullo de ser quien se es; vamos, que orgullo no es sinónimo de homosexual. El rock & roll así lo ha entendido, y por eso ha tratado el tema de esta especie de vanidad en muchas de sus variantes. No son pocas las canciones que se refieren a eso del orgullo, ‘pride’ en inglés. A la mente llega, rauda, ‘Proud Mary’de los Creedence, pero la ‘Orgullosa Mary’ de la que habla el tema de John Fogerty no es una chica, sino un barco que baja, altivo, por el río Misisipi. Más propio es otro clásico, el ‘Pride (in the name of love)’ de U 2; dedicado a Martin Luther King, su contundencia y simpleza instrumental resultan perfectas para lanzar un mensaje inequívoco: ese hombre vino en nombre del amor, ese hombre fue asesinado pero “aunque se llevaron tu vida, no pudieron llevarse tu orgullo”, refiriéndose a la orgullosa convicción de que ningún arma es más fuerte que el amor. Se han escrito, asimismo, abundantes letras en las que hay quien se arrastra y pisotea su propio orgullo por amor romántico, como el fantástico ‘Ain´t too proud to beg’ de Temptations o Rolling Stones, en la que se viene a decir que no se tiene tanto orgullo cuando se trata de rogar, suplicar, llorar para que ella no te deje. También está lo de experimentar satisfacción por ser hombre o por ser mujer. Así, la gran cantante estadounidense de jazz, blues y pop Peggy Lee (que, dicho sea de paso, fue la solista de la ‘big band’ de Benny Goodman) lanzó en 1963 el tema ‘I´m a woman’, que no ascendió mucho en las listas de éxito, pero con el paso de los años ha sido tantas veces versioneado que se ha convertido en una especie de himno de reivindicación de la mujer; el contenido del texto es explícito, con ideas del tipo de “puedo echar manteca a la sartén, salir de compras y volver antes de que se derrita (…), dar de comer al niño, lavar el coche y maquillarme a la vez (…), y si vienes a mí hecho polvo, puedo hacerte sentir bien (…), puedo hacer todo eso porque soy una mujer, lo diré otra vez, porque soy mujer, eso es todo”; asimismo el texto señala que ella también sabe de todo lo que se atribuye al hombre, desde asuntos de dinero hasta de salir a bailar hasta las tantas…, puro orgullo femenino. Lógicamente en los anales del rock también existe el ‘I´m a man’, imprescindible pieza original de Spencer Davis Group que conoció una explosiva y exitosa versión a cargo de Chicago en 1969; aunque la letra no es tan específica, sí que deja ideas evidentes: “soy un hombre, sí, lo soy (…) tengo que mantener mi imagen mientras estoy de pie (…) crees que tengo el corazón de piedra (…) pero no puedo dejar de amarte”; su ritmo trepidante y sus brillantes arreglos tienen más fuerza que su texto. Pocos serán los grupos estadounidenses que no tengan al menos una canción de corte patriótico en la que proclaman la inmensa satisfacción que su origen les produce mientras agitan la bandera. Sí, la lista sería interminable y contendría algunos de los temas emblemáticos del rock ‘made in Usa’: ¿qué es sino una expresión de orgullo patrio el ‘Sweet home Alabama’?, y también el ‘My home town’ de Devo o el ‘We´re an american band’ de Grand Funk Railroad. Claro que también hay quien critica eso del orgullo nacional, como Greenday en su ‘No pride’, en la que vapulean el patrioterismo: “Mejor que te tragues tu orgullo o te vas a ahogar en él (…) ninguna cultura vale un chorro de pis o un disparo en la cara (…) a mí no me va a pasar porque no tengo orgullo”…, está claro, ¿no? Y hablando de tragarse el orgullo, Ramones lo confesaban en su ‘Swallow mi pride’, pero en este caso era por no haber tenido cerrada la boca. El incendiario James Brown cantó al orgullo de ser negro en su ‘ Say it loud, I´m black & I´m proud’ (1968), o sea, ‘Dilo en alto, soy negro y estoy orgulloso’, pieza que se convirtió en un himno del movimiento a favor de los derechos civiles y cuyo ritmo adelantó la idea del funk; el propio Padrino del soul dijo muchos años después que la canción se había quedado obsoleta, pero que en su momento fue muy importante para que los negros sintieran el orgullo de ser como son. Y evidentemente no faltan las canciones que proclaman el orgullo de tener una orientación sexual distinta. Las hay de todos los géneros y ritmos, y en no pocos casos se trata de excelentes melodías reconocidas por el éxito. Podrían citarse muchas, como el irresistible ‘Relax’ de Frankie Goes to Holliwood, el ‘Tutti frutti’ de Little Richard con el texto original, varias de Bowie (‘The Jean Genie’)… e incluso el ‘A quién le importa’ de Alaska y Dinarama. Pero si hubiera que quedarse sólo con una, muchos señalarían la inigualable ‘I want to break free’ de Queen, escrita por el bajista John Deacon expresamente para Freddy Mercury; el inolvidable cantante lo dice bien claro: “quiero liberarme”; imprescindible ver el vídeo oficial. En fin, esto del orgullo va mucho más allá del arco iris, como demuestra el rock & roll.
CARLOS DEL RIEGO