#músicaparaelencierro. Y no podíamos dejar afuera a este otro discazo, y LightbulbSun se encarga de revivirlo en nuestro blog cabezón... Luego de haber participado de "El Jardín de los Presentes", Mederos grabó este disco contó con la participación de músicos de Invisible y Espíritu, entre otros. Esa exquisita fusión de tres géneros musicales, el rock, el jazz y el tango, y obteniendo con este último un sello personal, distintivo, nacional y por supuesto bien porteño. y así dejaron un hito (creo que subvalorado por la cultura comercial imperante). Mederos es un alquimista del bandoneón que argumenta a cada instante la naturaleza y cualidad de las herramientas para estructurar su mensaje, estableciendo una afinidad con el dramaturgo y poeta Bertolt Brecht cuando dice: "En algún punto el arte debe irritar y provocar sospechas. El arte es auténtico cuando no es complaciente."
Artista: Rodolfo Mederos y Generación Cero
Álbum: Fuera de broma
Año: 1976
Género: Tango / Jazz fusion / Rock psicodélico
Nacionalidad: Argentina
Este es un álbum muy interesante (recomendados para todos los que gusten de la obra de artistas como Alas, Piazzolla o Samalea).
Es una lástima vivir tan limitados culturalmente por esta sociedad de consumo, por ejemplo, este tipo de discos o artistas a menudo son dejados de lado por los circuitos masivos, a pesar de la gran calidad que tienen, existen infinidad de trabajos muy valorables y excelentes que por esos "caprichos" de la historia y mucho más de las discográficas se encuentran olvidados. Y en algunas ocasiones suelen ser más interesantes que otros de fácil acceso.
Desde este pequeño espacio hacemos otra revancha histórica (y ya van varias) y rescatamos otro discazo de la discografía argentina que no merece caer en el olvido.
Les dejo un par de buenos comentarios para matizar esta belleza de progresivo instrumental, con toques de jazz-rock y bastante de psicodelia, con el bandoneón como instrumento solista..
La Fusión, como estilo musical, suele ser bastante compleja para definir, ya que sus raíces se pueden encontrar en los más variados géneros musicales, tomando por partes iguales a cada uno y pudiendo quitar y/o agregar nuevos sin perder su esencia. Marcar como punto de partida un estilo es un poco una tarea casi Quijotesca, ya que nada nace de la noche a la mañana y todo es por consecuencia de tal o cual cosa. Sin embargo, ya a comienzos de la década del ´70 varios grupos empezaron a forjar un estilo musical que mezclaba el Rock con el Jazz. No está demás recordar que para comienzos de esa década el Rock Progresivo comenzaba a dar sus primeros pasos y esa búsqueda por nuevos sonidos despertaba curiosidad para ejecutar o plasmar otros estilos al Rock. La música Sinfónica coqueteó con el Rock Progresivo -confundiendo muchas veces al público que ambos eran sinónimos-, por su parte el Jazz también tuvo y tiene aún cierto affaire con el Rock teniendo sus años dorados en esa década. Incluso -como para seguir agregando ingredientes a ese cóctel llamado Fusión-, este estilo también puede tener mucha influencia musical por el lugar de origen de donde es ejecutado, captando sonidos y estilos étnicos de cada país o región. Estos últimos ganan cierta originalidad y sello personal diferenciándose del resto.El ático del rock
En Argentina, a mediados de los ´70, el Rock Progresivo caló bien hondo en los huesos de una generación, y por supuesto tuvo algunos ejemplos también de Fusión. Estos casos fueron aislados y no contaron nunca con el apoyo masivo por parte del público como así también de la crítica. De todas maneras, más allá de que hoy por hoy a la distancia tampoco tengan una gran revalorización de su trabajo, existe un nicho de público tanto a nivel nacional y quizás aún mucho más extranjero que celebra esas bandas de “culto” que nuestro país a sabido albergar. Ejemplos de grupos y solistas que hayan “coqueteado” con el Jazz Rock y diversas variantes dentro de la Fusión hay de sobra pero no todos gozaron de gran reconocimiento. A saber, Alma y Vida, Alas, Bubu, Sanata y Clarificación, algunos discos de Nebbia y la lista sigue. De todas maneras, y volviendo unos párrafos más arriba, la Fusión podría ser alimentada de acuerdo al lugar de origen de donde es ejecutada y uno de los ejemplos que cae como anillo al dedo es el de Rodolfo Mederos.
Mederos es un bandoneonísta que entre otras cosas dentro de su extensa y aún vigente carrera musical, supo fusionar el Rock con el Tango. Vale aclarar que no hay que confundir el Tango Electrónico -caso Bajofondo, Gotan Project- con lo que hizo Mederos en los ´70 con su grupo Generación Cero.
Mederos estaba influenciado -al igual que muchos de su generación- por el trabajo, el legado y la revolución que introdujo Astor Piazzolla dentro del Tango. Más allá de haber sido participe de la orquesta de Piazzolla y de Osvaldo Pugliese y haber colaborado con algunos rockeros de la época -con Spinetta en Invisible-, Mederos quiso abrirse camino por sí solo y encontró en el grupo Generación Cero un refugio donde dejar volar su imaginación y gusto musical. Esta banda logró realizar una fusión de tres géneros musicales, el Rock, el Jazz y el Tango. Obteniendo con este último un sello personal, distintivo, nacional y por supuesto bien porteño.
Este trabajo, llamado “De Todas Maneras”, de 1977, sería su segundo Lp junto a la agrupación Generación Cero, el cual sirvió para sentar las bases de lo “jugado” que era este proyecto, algo que ya había quedado más que en claro con el excelente primer álbum, "Fuera de Broma", de 1976. Esta propuesta musical, más allá de tener un alto grado de influencia por sonidos típicos nacionales como es el Tango, no contó con el apoyo masivo en nuestro país. Incluso se valoró y valora mucho más esta obra dentro del mercado extranjero que suele buscar y coleccionar estos tipos de trabajo con pasión y fervor.
Para la grabación de este disco, Mederos contó con la participación de Tomás Gubitsh en guitarra eléctrica y española -participó en Invisible-, Gustavo Fedel -ex Espíritu- en piano, órgano y sintetizadores -recordemos que estamos en pleno furor del Rock Progresivo en Argentina-, Eduardo Criscuolo en bajo y Rodolfo Messina en batería. El Lp consta de 8 temas, todos instrumentales, salvo “El Largo Adiós” y “Más Vale Cien Volando” que cuenta con la voz de Analía Lovato. Las otras canciones que completan el álbum son el tema homónimo al disco, “El Lugar Donde Vivo”, “Triste Diciembre”, “Cada Día, Cada Noche”, “Verano 1976” y “Todo Ayer”. Unas líneas más arriba mencionábamos a Nebbia como uno de los exponentes o ejemplos de la Fusión en Argentina y esto lo deja en claro al tener el rol de Director de Grabación en este Lp.
Actualmente este trabajo de Mederos se encuentra reeditado en CD en formato Digipack gracias a la colaboración del sello argentino Viajero Inmóvil, el francés Musea Records y el brasilero Rock Symphony. Que estas dos últimas firmas hayan sido partícipes de este lanzamiento reafirma lo mencionado anteriormente de que el mercado internacional está ávido de conocer y rescatar discos Argentinos valorándolos mucho más en comparación con nuestro país.
Por último, es necesario indicar que se celebra la reedición de este material hasta ahora descatalogado no sin antes mencionar algunas recomendaciones para su correcta escucha. La Fusión no es un género para escuchar “de fondo” o de una forma más desestructurada saltando o pinchando temas sino todo lo contrario, hay que prestar atención a todo ese entramado de sonidos, melodías e instrumentos. Este álbum por supuesto no es la excepción a la regla, y merece disfrutarse de principio a fin halagando y valorando la impronta e innovación que tuvieron al ejecutar esa triple Fusión de Rock, Jazz y Tango obteniendo con esto una identidad propia y una marca registrada a nivel internacional.
No hace falta explicar los méritos del disco. Solo basta escucharlo. Pero si de todas maneras fuese necesario, lo hace el propio Mederos: "...En algún punto el arte debe irritar y provocar sospechas. El arte es auténtico cuando no es complaciente".
Vamos con otro excelente comentario sobre el disco:
Bien saben ustedes, amigos de este espacio, que nosotros siempre estamos abiertos al homenaje a esos tipos que, por meros innovadores, por puros genios, han dejado en su camino por esta movida -industria, se dice, pero nosotros no queremos llamarla así- algunos materiales de relieve por su carácter rupturista, su idea de hacer algo que no se ha escuchado antes de una manera muy particular, personal y única. En nuestro país, estos muchachos se condensaron fundamentalmente en una década que fue muy fértil para el rock argentino, los ‘70. Sucede que a la Argentina el rock le llegó tarde y le llevó unos cuantos años pulirlo, adaptarlo a la idiosincrasia nacional para, a través de esta transformación, comenzar a producir álbumes propios de la cultura de nuestro país y no de un mero carbónico del rock de allá. Para este mestizaje fueron claves, como en los demás países que adoptaron al rock como una expresión cultural más, los aportes de las músicas nacionales, es decir, de lo que conocemos como folklores del mundo. En Argentina, en particular, el rock tomó mucho de la impronta maleva y disruptiva del tango, sus cambios atonales, su fuerza y su rebeldía. No erraríamos en decir que uno de los primeros atento a esta manifestación y sus articulaciones con el rock fue Luis Alberto Spinetta, que con el tercer álbum de su insigne banda Invisible, El Jardín De Los Presentes, delineó una actualización de lo que podemos llamar “música urbana”. Y ahí es donde entra a jugar el señor cuyo perfil (?) ilustra este post. Porque Rodolfo Mederos, que de él se trata, era para 1976, año en que el Flaco lo convoca para grabar en El Jardín De Los Presentes, un reputado arreglador que además había tocado, por ejemplo, con Osvaldo Pugliese. Después de la experiencia con Invisible, sin embargo, Mederos ve el filón: hay algo que une al tango más jazzeado -el de Piazzolla, por ejemplo, el que se insinúa en Invisible- y experimental con el rock. Y decide ir por ese lado. Así es que en 1976, apenitas salido de la experiencia spinetteana, forma el conjunto Generación Cero que, a tres bandoneones -él, Juan José Mosalini, que también había tocado con el Flaco y Daniel Binelli- graba ese año un álbum interesante como Fuera De Broma.Demi Discoteca
Pero de alguna manera eso no era lo que Mederos quería hacer realmente. Sentía que a esa música le faltaba desparpajo, experimentalidad, fuerza. Por eso es que disuelve esta primera conformación de Generación Cero y, para reemplazarla, arma un equipo de lujo: toma al prodigio guitarrístico de (en ese entonces) 19 años Tomás Gubitsch- que venía de tocar en Invisible y al que le faltaba poco para ser llamado por Piazzolla para ir a Francia con él- y le suma a otro genial y precoz talento, el tecladista ex Espíritu Gustavo Fedel. Completan la alineación de esta nueva encarnación de Generación Cero el propio Mederos en bandoneón y la base rítmica de Eduardo Criscuolo y Rodolfo Messina formando, como se ve, una banda de rock progresivo típica con la suma un bandoneón, sensación que quedaría más que plasmada en el que es el álbum clave de la carrera de Rodolfo y uno de los más importantes de la música argentina contemporánea, este De Todas Maneras que aquí les ofrecemos. La música en él incluida es, a todas luces, complejísima de clasificar, pues estriba en estructuras muy libremente tangueras (a la manera del Piazzolla rupturista de Libertango) para a partir de allí visitar una larga lista de géneros que incluye (pero no se limita a) jazz y, por supuesto, rock. En este último sentido, tanto la escurridiza, sutil guitarra de Gubitsch -chequear la distorsionada “Triste Diciembre” y su sorpresivo corte, o la excitante “Cada Día, Cada Noche”- como los sintetizadores de Fedel le dan al álbum una impronta fresca, joven y desafiante que enmarca una experimentación asombrosa cuyo mayor mérito es doblar los límites del tango, ese género que siempre se va un paso más allá, parece romperse pero nunca pierde su esencia urbana. Es en ese costado que Mederos, según sus propias palabras en las notas del álbum, enfatizó a la hora de componer y arreglar estas piezas para Generación Cero: en su visión de lo que debería ser una música auténticamente porteña, que reflejara todas las expresiones culturales, políticas y sociales, todas las contradicciones, todo el dolor y la esperanza, que tenía una Buenos Aires ya para entonces convulsionada y en camino de sufrir lo peor. La música de este De Todas Maneras, entonces, representa una luz de esperanza, una búsqueda por no perder esa identidad que bien ganada tienen las calles porteñas.
Los invito a caminar de noche por ellas, entonces, llevando esta música en sus oídos. Les prometo que no se arrepentirán.
Y un último comentario de lujo para este lujo que volvemos a presentar:
El estimado maestro Rodolfo Mederos nos enseña a través de su propia historia de trabajo el valor del esfuerzo y la rigurosidad en la música.Jazz voces y fronteras
Mederos se sumerge en el sueño de su propia cosmogonía tanguera añorando la síntesis que marca el ritmo de un corazón que late olvidos compartiendo la escena con artistas con quienes completó minuciosamente la calidad de sus preguntas hacia el significado de un sonido nuevo y relacionando el asunto de la originalidad con el estudio de los orígenes del tango.
Mederos es un alquimista del bandoneón que argumenta a cada instante la naturaleza y cualidad de las herramientas para estructurar su mensaje.
Este autor se ha ocupado permanentemente en desafiar los bordes que fosilizan al sonido.
En un costado de la vida Rodolfo Mederos establece una afinidad sabia con el dramaturgo y poeta Bertolt Brecht cuando dice: "En algún punto el arte debe irritar y provocar sospechas. El arte es auténtico cuando no es complaciente."
Entonces así este hombre del bandoneón dibuja la metafísica de los paisajes urbanos con la fuerza de ser "alguien de este mundo" reinventando las voces olvidadas de un Buenos Aires esencial.
A mediados de la década del ´70 Rodolfo plasmó "Generación Cero" desde donde desprende de los hilos sociales de un mundo sin solución para desandar el "futurismo de las sonoridades urbanas" y así dar con un espejo de la memoria del tango relacionado con distintos ritmos rioplatenses. Y a este proyecto suma con el tiempo muchas otras experiencias.
Su fuerza viene del valor de asumir su propio "conflicto" (palabra que en términos del teatro significa "oposición de objetivos" desde donde dos actores elaboran el hilo narrativo una historia) y del mismo modo nuestro bandoneonista desarrolla los hilos secretos en las relaciones tímbricas que supo significar a través de ensambles instrumentales muy particulares, y así se alejó de lo habitual como un historiador de una antigua civilización que reconstruye sucesos para dar contenido a la imaginación de las generaciones futuras, tal es la profundidad de sus procesos compositivos.
El tango conoce los secretos del tiempo y su sonido con bandoneón ya camina por el sendero de "los inmortales".
Y ciertamente "los inmortales" además de ser el nombre de una celebrada pizzería de la avenida Corrientes es una palabra usada por los músicos como "bitácora de estudio en un orden de jerarquía" especialmente cuando los nuevos emprendedores intentamos definir el mensaje de nuestros maestros y así al final decimos:_"Sálvanos "Pugliese" de la soberbia" y aquí Mederos sonríe asintiendo por un instante nomás la sugerencia sutil de una rima.
Together with his band, GENERACION CERO, Argentinean musician Rodolfo MEDEROS released two vinyls in the mid-Seventies. "De Todas Maneras" (Musea, 1977) is the second of the albums in question, and is widely considered to be one of the best and most successful combinations of avant-tango and Progressive rock in History. These recordings feature nice touches of jazz, as well as clever incursions into psychedelic territory. This is a purely instrumental collection, which boasts Rodolfo MEDEROS' virtuous bandoneon playing and the outfit's beautiful and mellow atmospheric passages. Outstanding and legendary stuff !Musea Records Lista de Temas:
En compagnie de sa formation, GENERACION CERO, le musicien argentin Rodolfo MEDEROS a publié deux vinyls dans la seconde moitié des Seventies. "De Todas Maneras" (Musea, 1977) est le second de ces deux albums, généralement considéré comme l'un des meilleurs amalgames d'avant-tango et de rock Progressif jamais enregistré. Ces huit plages recèlent de belles touches de jazz, ainsi que quelques incursions pertinentes sur les territoires psychédéliques. Voici une collection exclusivement instrumentale, mettant tout particulièrement en exergue le jeu virtuose du bandonéon de Rodolfo MEDEROS, ainsi que les magnifiques passages atmosphériques délivrés par ses acolytes. Légendaire et époustouflant !
01. Fuera de broma
02. Generación cero
03. Shuata
04. Balada para generación cero
05. Fuera de mí
06. Conspiración
07. Poco que perder
08. Al diablo con el diablo
09. Paula viene
10. Homo sapiens
Alineación:
Daniel Binelli, Juan José Mosalini y Rodolfo Mederos: bandoneón
Arturo Schneider: vientos
Ricardo Salas: bajo
Jorge Pocho Lapouble: batería