Quieta adormidera
satín en mis labios sinuosos
tocaste mi flor
estallando las dos en rojo fulgor
Inocentes en la pradera
como un vicio carnal
las amapolas prenden en mi
curando el dolor
Quiero escapar de la euforia de tus campos en llamas,
morfina en las venas.
Idolo negro
de ingratas quimeras