Mientras yo sigo llorando la muerte de mi PS3 y rezando por que pronto regrese a casa (¡Mi pequeña, nadie llenara como tú ese magno hueco en mi salón!) me alegro (y sufro al no poder catarlos) al haber sido nuestros ruegos escuchados. Tras una generación quejándonos de una ausencia brutal de títulos de roleo de calidad, resulta que ahora tenemos ante nosotros a dos mastodontes del género, uno de oriente y otro de occidente; y los dos son geniales.
Skyrim es brutal, apenas hay nada más que podamos decir de él pero el nuevo Zelda no se le queda atrás y, además, estoy muy emocionado con este juego. La saga Zelda siempre me gustó pero no; y ese “no” era por un pequeño detalle: la ausencia de una trama interesante, pero leyendo diversas reviews uno se da cuenta que no es el caso de este juego, la trama estará a la altura.
Sigo sin entender la puñetera manía de hacer lanzamientos de tan larga duración en el mismo espacio de tiempo, porque un Uncharted 3 te da igual cuando lo ubiquen, te lo juegas en tres tardes y a la estantería, pero juntar Skyrim, Zelda y, aún por encima, los belicosos Battlefield y COD, que son juegos a los que tranquilamente le puedes dedicar otras 100 horas… ¿Es por la navidad? ¿Es por los niños? Salvo el Zelda, no son títulos que le regalaría a mi chaval de 12 años, la verdad.
Sin embargo ¿Por qué se desaprovecha el periodo de verano de esta manera? ¿Habría vendido menos Skyrim si hubiera salido en Junio? Si es por los niños, algo hay que regalarles por las notas…o porque hayan dejado los porros (cada niño tiene sus propias metas). En fin, algo si cabe más confuso que los anuncios de Kinder Bueno
