Acomódense señoras,
señores pasen también,
que aquí hay sitio para todos,
aunque se queden de pie.
Pasen ancianos y niños,
ladrones y hombres de ley,
pase el pobre, pase el rico,
pase el plebeyo y el rey,
y escuchen bien esta historia
que ahora les voy a narrar,
¿Por un duro?, ¿una peseta?
Pues no señor: Un real.
Era un señor alto y rubio
con melena, no tupé,
que aunque nacido en Canarias
cantaba siempre en inglés.
Y ya apuntaba maneras
de lo que vendría después,
y en una historia rockera
de Judás hizo el papel.
Y siguiendo a Jesucristo
para buscar la verdad,
la verdad se volvió carne,
fue Teddy Superstar.
Con tanta labor creativa,
tanto genio cultural,
era justo y necesario
que viniera a recalar
en un puesto relevante,
de los que dan dignidad,
para velar por lo suyo
y por lo de los demás.
Y velando que te vela,
vela, que te velará,
quiso dejar a dos velas
a toda la humanidad.
Que si cobro por las bodas,
que también por los bautizos,
por las marchas militares,
por los discos y los rizos.
¿Por los rizos? ¿Y a que ton?
Yo se lo voy a explicar,
porque dice que los rizos
son inventos del Bisbal.
Tanto derecho de autor,
tanto afán recaudatorio,
no anunciaba nada bueno
y acabó como el Camborio;
Guardia Civil caminera
lo llevó codo con codo,
a que le explicara al juez
de donde viene ese oro.
La presunción de inocencia,
si la quisiera tener,
yo le aconsejo al Bautista
que la baje de Internet. *
Y aquí acaba por ahora
la historia de este sujeto.
Permanezcan por favor
a las pantallas atentos.
Al salir vayan dejando
en las manos de este ciego
el real que les pedí
y pueden llevarse el pliego.
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* Lo de que se baje de Internet la presunción de inocencia, lo leí en un comentario a la noticia en el Diario Público, creo recordar que firmado por “cosasclaras.blogspot.com” y no me he resistido a utilizarlo. Vaya en mi descargo que al menos cito la fuente.