Romance modelo es otra de las apuestas de Ivrea por una autora desconocida del amplio elenco de la Sho-Comi. En este caso parece que no tuvo mucho éxito pues no han vuelto a repetir con ella y éste es el único trabajo suyo que nos ha llegado.
Romance modeloEl vecino y amigo de toda la vida de Uno, Leo, es modelo. En las revistas aparenta ser un chico maduro pero en realidad es un niño caprichoso y consentido por la misma Uno hasta el punto que ésta tiene que ir a despertarlo todas las mañanas y ayudarle a vestirse para ir a clases. Como tiene un año menos que ella, siempre le ha visto como su adorable hermano pequeño. Sin embargo, un día va a verlo durante una de sus sesiones fotográficas y por primera vez está frente al modelo profesional. Algo ha ido cambiando en Uno desde hace un tiempo y ese día se da cuenta de que está enamorada de él.
La autora comenta que nació como historia corta pero le permitieron alargarla y convertirla así en su primera serie. Y se nota. El esquema no puede ser más simple: primer capítulo para empezar a salir, segundo capítulo para tocar los celos de ella por una posible rival y tercer capítulo ídem pero invertidos los papeles. Un puro cliché.
La virtud que tiene y por lo que se salva de ser una mini-serie puramente mediocre es que los personajes están bastante bien construidos, especialmente Uno. También, quienes cumplen los roles de rivales amorosos sorprenden muy positivamente. La relación de la pareja es muy tierna y simpática y consiguen que leamos los capítulos con una sonrisa tonta en la boca.
No obstante, mi problema con esta historia es Leo. No está mal el hecho de tener un protagonista un tanto infantil y mono, se agradece frente a los estereotipos más rancios de chulos y bordes, pero la dependencia que tiene de Uno, qué más que su novia y amiga parece la madre de un niño pequeño, no me convence. Me ha recordado a una de las historias cortas de Prince Class, de Aya Nakahara, sólo que ahí el enfoque cómico y exagerado del protagonista impedían que te lo tomases en serio.
6/10
Amor en casa
Ren y Ai son vecinos y se conocen de toda la vida. Ella está enamorada de él en secreto y, a pesar de su cercanía física, puerta con puerta, su relación ya no pasa de un simple saludo. Un día, Ai oye un grito que viene de la casa de Ren y se acerca para comprobar qué ha sucedido. Para su sorpresa, aparece ante sus ojos una niña que dice que viene del futuro y que es la hija de ambos.
Lo primero que llama la atención de esta historia es que se percibe desde la primera página que estamos ante un trabajo bastante viejo de la autora. Según uno de sus free-talks, su 5ª obra, ahí es nada, así que toca ser compresiva y no hacer demasiada sangre, al menos con el dibujo.
Sin duda el punto fuerte que tiene es la originalidad. Estamos en una obra de ficción así que ¿por qué no podría ser cierto que es la hija del futuro de los protagonistas? Ahí tenemos a Chibiusa, en Sailor Moon, podría haber sido un caso similar. Sin embargo la trama es realista y, cuando descubrimos que no existe ningún elemento de fantasía, empieza a hacer aguas todo lo que ha ocurrido antes porque la justificación a que los verdaderos progenitores la hayan dejado sola en casa no tiene pies ni cabeza. Por no hablar que dos casi-adultos, en un contexto realista, se crean que viene del futuro y no empiecen a llamar desde familiares a la policía para saber de dónde ha salido la niña.
Abstrayéndonos de los agujeros argumentales y el dibujo, que en muchas viñetas deja bastante que desear, la historia funciona. Es un argumento bastante usado el de tener a un bebé para unir a la pareja protagonista (que haya reseñado, UFO Baby, ésta sí con elementos de fantasía). La trama es simpática y hay un par de escenas monas y divertidas. Eso es todo.
6/10
Life + B
Mio Sonoda, una chica considerada un tanto "marimacho", a la que le gustan los deportes y ayudar a los demás, guarda una faceta que no quiere que descubran en su instituto. Y es que Mio trabaja en la floristería de su padre, llevando unos vestidos llenos de volantes y haciendo arreglos florales. En la secundaria baja la descubrieron y no tiene ganas de que se repitan las burlas. Por eso, cuando un día aparece por la floristería un chico de un curso inferior de su mismo instituto que la reconoce, teme que todo vuelva a repetirse.
En otras demografías no sé, pero en el shojo es relativamente habitual que se encargue a las autoras historias cortas con un elemento particular para hacer antologías. Me acuerdo de una en que los protagonistas llevaban gafas y, en este caso, la antología se centraba en los tipos de sangre que, como si del horóscopo se tratase, se supone que cada uno se corresponde con una personalidad concreta. A Show Ichikawa le tocó el "Tipo B" y compartió publicación con otras autoras que nos ha traído Ivrea como son Miko Mitsuki, Kayoru, Rina Yagami y Mio Mamura. Tenéis más información aquí.
Así, llegamos a ésta, la última historia y la mejor de todas. Ambos protagonistas tienen mucho carácter y personalidad, quizás ha forzado un poco el tema de seguir el guión de lo que se supone que tiene que ser un chico con sangre de tipo B, pero es la única pega que puedo poner.
Es una pena que quede en historia corta porque podrían haber dado mucho juego en una serialización. Ambos funcionan muy bien juntos y dan escenas con mucha chispa. De hecho, me recuerdan bastante a los protagonistas de Kaicho wa Maid-sama! y ésta llegó a los 18 tomos. Desde luego no tanto, pero uno o dos habrían estado bien.
8/10
Conclusión
En definitiva, un tomo sencillo, simpático, mono y entretenido pero que sólo aporta eso. No trasciende ni tiene unas historias con elementos lo suficientemente destacables como para que se quede registrado en la memoria durante mucho tiempo. Si los puntos más "mosqueantes" no os afectan mucho, os dará un rato de lectura amena y ligera. A veces es lo que pide el cuerpo y, para esos momentos, puede ser una buena opción.