Título: Romancero Autor: Anónimo Editorial: Crítica Año de la edición: 1994Páginas: 398ISBN: 8474236002
Continúo leyendo clásicos de nuestra literatura. Después del Cantar de Mío Cid y Lazarillo de Tormes ahora le ha tocado el turno al Romancero. Si ya era reacia a leer las dos primeras obras, ya que al menos hasta ahora no era muy dada a leer clásicos, todavía tenía más prejuicios al acercarme al Romancero.
La poesía siempre ha sido mi gran asignatura pendiente. Pero, una vez más, la lectura me ha sorprendido y me ha hecho disfrutar, aprender y reflexionar. Lo primero y lo que más me ha sorprendido es descubrir que no sólo hay romances que hablan de amor, de guerras o de enemistades y odios entre cristianos y moros, sino que también hay muchos otros que nos cuentan historias épicas, históricas e, incluso clásicas o bíblicas. Al menos en la edición que yo he leído los romances están divididos en siete capítulos según su temática: épicos, históricos, fronterizos o moriscos, sobre materia de Francia, novelescos, bíblicos y clásicos.
Otra cosa que me ha llamado la atención y que me ha gustado mucho es ver cómo con tan pocas palabras, en unos pocos versos, estos autores que recopilaron por escrito todos estos romances o canciones populares que se transmitían por tradición oral eran capaces de contarnos historias llenas de sentimientos. Historias que nos hablan de amor y de desamor, de victorias y de derrotas, de celos, de odios, de venganza, de discusiones familiares, de miedos, de fantasmas, de traiciones, de pasado, de presente, de futuro, de muerte y, sobre todo, de vida.
También me ha sorprendido mucho comprobar que varios de estos romances que ahora he leído los había tenido que leer y, sobre todo, aprender de memoria en el colegio o en el instituto. Pero entonces creía que eran unas poesías sin más, nadie se molestó en explicarme nada sobre los romances ni sobre las historias que transmitían en forma de canción, representación teatral, relato o texto todos esos versos que en aquellos momentos a mí no me decían nada y que ahora, tantos años después, me han transmitido tantas cosas. Y todas buenas.
Os dejo un romance que en tercero de Primaria, cuando tenía nueve años, me enseñaron en el colegio en forma de canción y que ahora, aunque con la letra un poco cambiada, he vuelto a leer y me ha traído tantos y tan buenos recuerdos de esos años.
Conde Olinos
Conde Olinos por amores es niño y bajó a la mar, fue a dar agua a su caballo la mañana de San Juan. Desde las torres más altas la reina le oyó cantar:-Mira, niña, cómo canta la sirenita del mar. -No es la sirenita, madre, que esa tiene otro cantar:es la voz del conde Niño que por mí llorando está. -Si es la voz del conde Niño yo le mandaré a matar, que para casar contigo le falta sangre real. -No lo mande matar, madre, no lo mande usted matar, que si lo manda matar, madre, juntos nos han de enterrar. Guardias mandaba la reina al conde Niño buscar que le maten a lanzadas y su cuerpo echen al mar. Él murió a medianoche y ella a los gallos cantar;ella, como hija de reyes, la entierran en el altary él, como hijo de condes, tres pasitos más atrás. De ella nació una rosa y de él un tulipán; la madre, llena de envidia, ambos los mandó cortar. De ella nació una paloma, de él un fuerte gavilán. Juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan a la par.
Os pondría muchos más romances, porque la verdad es que hay muchísimos que me han encantado, pero no quiero extenderme más. Así que ya sabéis, descubrirlos, leerlos y disfrutarlos por vosotros mismos.