Románico en Salamanca, Iglesia de San Marcos

Iglesia de San Marcos | Lápices de colores | Francisca González del Castillo

Dentro del románico que encontramos en la ciudad de Salamanca se halla la iglesia de San Marcos, una construcción muy original y sorprendente, de una redondez casi exacta. San Marcos fue fundada en 1178, época de la repoblación castellana, en el barrio de los Castellanos y cerca de la muralla de la ciudad, al norte del casco antiguo salmantino, junto a la Puerta de Zamora, pues aquí se ubicaba una de las puertas de la muralla, cuyo camino conducía a Zamora. Esta planta circular al exterior no es muy común, un caso único en España, constituye una circunferencia de unos 20 metros de diámetro, y es muy sobria en su decoración exterior, destacando los canecillos en la cornisa y las puertas, la meridional gótica de 4 arquivoltas planas y apuntadas, mientras que la norte es románica.

Aunque hay varias iglesias poligonales en España, como las de Segovia, Eunate y Torres del Río, que tienen forma circular, estas tienen planta centralizada como la del Santo Sepulcro de Jerusalén, es decir, su eje es vertical, y no basilical. Por esto, lo original y lo más sorprendente en San Marcos es el interior del templo, con tres naves con sus respectivos ábsides como si fuera una edificación basilical, todo ello dentro de su círculo perimetral. La parte más antigua corresponde a los ábsides, bien orientados, sin marcarse al exterior, que conservan su estructura románica, también con dos altares románicos. El resto del edificio se continuó en época gótica con tres naves separadas por columnas cilíndricas que sostienen arcos apuntados sobre los que descargan las cubiertas de madera.

Entre los siglos XVI y XVIII en San Marcos hubo diversas y numerosas modificaciones y añadidos, pero también recientemente se han llevado a cabo importantes restauraciones que han pretendido dejar el edificio con su aspecto románico original. En la restauración de 1967 se descubrieron varias pinturas murales al temple que simulan tapices, de una belleza extraordinaria, pinturas datadas en el siglo XIV. Pequeña y recoleta como es, San Marcos siempre gozó de protección real, Alfonso IX concedió a la parroquia la consideración de Clerecía de San Marcos desde el siglo XII, que luego pasó a lo que actualmente llamamos La Clerecía de los Jesuitas.

Aunque esté un poco apartada del centro monumental, San Marcos es una visita obligada en un recorrido por la ciudad, por su belleza, antigüedad y originalidad.

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