Antes que nada, me gustaría pediros disculpas por no haber actualizado los artículos durante estos últimos dos meses. Me he encontrado en medio de una mudanza importante, ya que he realizado un cambio drástico de Pamplona a Marbella; y todo ello me ha llevado tiempo y dedicación. Afortunadamente, ya me he encuentro perfectamente asentado en Marbella y listo para reiniciar mi labor con la mayor energía e ilusión.
Hoy me gustaría hablar sobre como romper nuestras barreras internas y liberarnos para así lograr nuestros objetivos y propósitos deseados. En primer lugar, necesitamos saber que pasa verdaderamente en nuestro interior para poder saber qué tenemos que dejar marchar. Es un paso que a menudo nos saltamos o no tenemos debidamente en cuenta, sin embargo, es el requisito previo para cualquier cambio duradero y sustancial en nuestras vidas. Determinar cuales son los procesos y emociones internas que producen nuestro estado de insatisfacción. Este paso constituye un gran calibrador, para saber que cambios y nuevos hábitos debemos emprender en orden a solucionar nuestro problema.
Hay diversas barreras autoimpuestas que dificultan nuestro progreso y realización. Estas barreras toman la forma de pautas negativas a menudo inconscientes como odio a uno mismo, culpa, autocrítica, realce de defectos, etc. Muchas personas se encuentran tantos defectos que llegan a creer que no valen lo suficiente y que nunca lograrán aquello que desean. Ésta pauta además crea otra consecuencia; si encontramos cosas malas o cosas que nos disgustan de nosotros, también las encontraremos en los demás, por lo que nuestra capacidad de crecer se verá aún más mermada.
Sabemos lo que no funciona y sabemos lo que deseamos, pero no sabemos lo que nos mantiene estancados. Por eso resulta tan importante dedicar tiempo a determinar cuáles son los obstáculos que nos traban y nos impiden mostrar la mejor versión de nosotros mismos. ¿Nos imaginamos lo maravilloso que sería si cada día aprendieramos una idea nueva que nos ayudara a dejar atrás el pasado y a crear armonía en nuestra vida? Si empleamos nuestras energías en conocernos a nosotros mismos y en determinar que podría ser beneficioso para nuestros intereses, gustos y perspectivas, buscando siempre nuestro mayor bien. ¿Acaso no sería eso el catalizador que estabamos buscando? ¿Entonces por qué esperar?
Para poder liberarnos es necesario aceptar nuestros sentimientos tal y como son, no podemos negarlos ni mitigarlos. Esto constituye un paso decisivo en el proceso. Al aceptar nuestros sentimientos tal y como son, nos estamos abriendo decididamente al cambio. Al admitir las cosas como son, somos capaces de ver la realidad desde una perspectiva distinta y renovadora, extrayendo aquello que nos ayudará a dar el paso del cambio definitivo. Cuando suceda algo que no nos resulta agradable o cómodo, tenemos la oportunidad de mirar dentro de nosotros y decir: ¿De qué forma contribuyo a crear esta experiencia? ¿Qué hay dentro de mí que piensa que me merezco esto?
Debemos pensar en lo que deseamos que se haga realidad. Debemos declararlo en afirmaciones positivas, no negativas. Cuando hagas una afirmación del tipo “Me amo y me apruebo tal como soy”, presta atención a los mensajes negativos que surjan, porque al identificarlos se transforman en los tesoros que te abrirán la puerta hacia la libertad. Determinando aquello que nubla y reduce tu ser se abre la posibilidad de manifestar grandes cosas en tu vida.
¡Manifiesta siempre tu mejor versión! ¡Vive con intensidad y pasión!
Hasta el próximo post.
“Una tragedia puede convertirse en nuestro mayor bien si la abordamos de tal forma que nos ayude a crecer.”
(Louise L. Hay)