Revista Educación
Si es verdad que "todos nacemos con un pan debajo del brazo" o lo que otros llaman "destino", son muchas las veces que hemos sentido que si más que pan era la masa, pero faltaban los ingredientes y herramientas necesarias para que estuviera recien hecho y listo para saborear. Así pues siempre gran cantidad de veces andamos tremendamente perdidos con ese supuesto destino al cual tenemos que llegar con la masa para hacer nuestro pan, y con herramientas que lamentablemente no son acordes, eso, si es que por el camino se ha conseguido alguna.De pequeños se trata de hacer todo fácil, o al menos aparentemente esa percepción tenemos, pequeños esfuerzos diarios que vemos delante en nuestro camino, pero gracias a la ayuda de nuestros mayores, se nos hacen ver como un juego, y el obstáculo es salvado y como regalo unas sonrisas y la satisfacción interna del pequeño de haber logrado un gran reto. Esto es una muestra de un aprendizaje de forma sana mediante los juegos. ¿Cómo subir a una silla, volver a levantarse cuando nos caemos, aprender a andar y controlar el equilibrio?. etc. Conforme vamos creciendo es cuando van aumentado los problemas y empezamos a trazar algunas desconexiones con el mundo real, el mundo sobre el que caminamos día a día y en el que dormimos durante las noches, siempre que consigamos vencer a miedos que poco a poco descubrimos que vamos arrastrando y el descubrirlo no es nada fácil. Principalmente porque es más cómodo no ver, oficialmente más rápido, más fácil y socialmente está aceptado. "Políticamente correcto". Y suele coincidir, curiosa casualidad, cuando aún todavía siendo niños, ya dejamos el concepto de juego como tal apartado en el almacén, cubierto de muchos telajes y cajas encima, porque queremos hacer otro juego, "el de los mayores". Y ahí, y también antes empiezan muchas de las confusiones con ese destino al que hemos de ir.Y aquí empieza un conflicto en el que aún siendo niño, eres lo suficientemente adulto para empezar a entender y ver el proceso de la vida real, y por lo general pocos son los que tienen ayuda adecuada, porque te siguen tratando como a un niño. En la mayoría de los casos se te aconseja de buenas maneras y mostrando mucho cariño (forma encubierta de obligación), que hay que seguir por el camino ya socialmente establecido. Llegamos al punto del verdadero inicio de nuestra carrera, de empezar a tomar nuestras decisiones, o seguir callados. Llegado a este punto algo tenemos todos muy claro, y es que el destino ofrecido social y "políticamente correcto", para nada casa con tus sueños. ¿Y ahora qué?. Ves claramente el supuesto destino marcado, pero también van descubriendo nuevos caminos, más grandes, más pequeños, más largos, más cortos, y con salidas y entradas que te llevan a otros sitios a otros destinos. ¿Qué hago?. Las opciones son tan variadas y tan variopintas como queramos dibujar nuestro mapa del mundo, teniendo en cuenta que el color principal ha de ser la coherencia, porque sino vamos a circular como kamikaces por la vida y en algún momento nos estrellaremos, y las consecuencias por desgracia sí o sí siempre conlleva "daños colaterales". Por eso, para evitar ir de kamikaces por la vida y evitar el menor daño posible, es necesario soñar e imprescindible luchar por tus sueños, es lo que nos mantiene con los pies en el suelo. Puede parecer contradictorio pero es cierto, soñar es lo más parecido a la vida real en que vivimos cada día y al suelo por el que caminamos y a pesar de que ya a estas alturas todos sabemos lo que duele o puede doler, también es cierto que "después de la tormenta siempre viene la calma".
