Revista Cultura y Ocio

Rondó para Beverly. John e Yves Berger

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Rondó para Beverly. John e Yves Berger
     "Te veo con tus mejores galas, sonriente, con esa sonrisa tuya que guardo en el corazón. 
     Delante de mí está Noel Road, donde viviste algún tiempo años antes de que yo naciera. Te imagino viniendo por ella, doblando la esquina, con esa misma sonrisa. 
     Tantas cosas son iguales y tantas son diferentes. Así es, Mamá. Y si, como me decías a menudo, «no se construyó Roma en una hora», puede que las cosas más importantes las llevemos muy dentro, desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos. Sí, puede que lo que tú llevabas hace cincuenta años cuando cruzabas Noel Road lo lleve yo ahora, mientras estoy aquí sentado delante de la galería. Y si mis pinturas vienen de algún lado, creo que ese sitio podría estar entre tú y yo, entre entonces y ahora".
     John Berger, escritor, crítico, pintor... su hijo Yves, pintor; Beverly Bancroft, editora. Me sobraban los motivos para acercarme a este título que intuía privado. Hoy traigo a mi estantería virtual, Rondó para Beverly.
     Un mes después del fallecimiento de su esposa, John se encontró escuchando un Rondó y pensando en ella de una forma tan intensa, que volvió a sentirse acompañado durante los minutos que duró la música. Quizás por eso decidió escribir este libro de unas sesenta páginas en compañía de su hijo, en el que, al igual que en un Rondó, el tema único y recurrente, es su mujer. Textos cortos e imágenes y dibujos se complementan una y otra vez para dar un retrato de la magnífica mujer que fuera Beverly y también de los sentimientos que en ellos despertaba. Del gesto cotidiano a la dureza de los últimos momentos, cada parte queda plasmada, incluso la muerte en el ataúd o la imagen de la 1ue fuera su zona de trabajo.
     Cuatro décadas de matrimonio en las que cada palabra escrita por John esperaba ser leída por su esposa. Décadas en las que el hijo también tiene opción de dejar su granito de arena en un homenaje privado a la mujer más importante de las vidas de estos hombres. El hombre que se queda solo, el hijo que se siente perdido en sus días malos y que percibe el calor de una sonrisa en los buenos. Un libro que se llena a ratos de metáforas de música y gafas de ver y que toca el corazón de cualquiera que ha sentido una ausencia vital. Un libro triste pero hermoso que saca de la tragedia el recuerdo y termina con una sonrisa borrosa pero llena de ternura.
     Como curiosidad, añadir que es tan privado, que el título original de la obra es Flying Skirts, que viene a ser una falda con mucho vuelo, perfecta para moverla al bailar, y que era un apodo de la editora, esposa y madre.
     Rondó para Beverly es un libro, un homenaje, una rareza... pero es, sobre todo, hermoso.
     Y vosotros, ¿qué opináis de estos libros que cruzan la línea de lo privado?
     Gracias.
Si muero antes que tú líbrame de las palabras en lata y de las fechas caducadas

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