El sábado de la semana pasada aprovechamos la tarde para ir al centro a comprar ropa nueva para las niñas. Después del verano, las dos han pegado un estirón considerable, así que necesitan ropa y calzado para el nuevo curso, porque prácticamente todo lo que usaban antes del verano o les queda justo -y por lo tanto no aguantará todo el invierno- o se les ha quedado corto directamente.
Así que, como el tiempo estaba un poco raro, y ya no había ocasión de aprovechar una tarde de piscina más, nos fuimos los cuatro hacia el centro a comprar ropa.
Si yo soy chica Mango, mis hijas son niñas Zara, y os voy a explicar que se trata de una cuestión pragmática, básicamente. Los cumpleaños de mis hijas suceden con solo diez días de diferencia y, para más inri, durante las fiestas navideñas. Como es una locura que las llenen de juguetes (de hecho Àfrica Uri me decía hace poco que quizás lo mejor sea que los Reyes Magos no les traigan juguetes, porque ya tienen demasiados), lo que hago desde su nacimiento es pedir que les (nos) regalen tarjetas-regalo de Zara. Y, como en las tarjetas se puede cargar el importe que cada persona quiera, cada uno de los familiares que decide regalarles una tarjeta de Zara a las niñas, lo hace por un importe que puede permitirse.
Así que, pasadas las Navidades, nos encontramos con una cantidad de dinero considerable en tarjetas-regalo. Parte de ese dinero lo utilizamos en primavera, para comprar la ropa de verano; la otra parte, la dejamos para después del verano, y así les hacemos un poco de fondo de armario para pasar el invierno. Si vemos que, después de Navidades, se hace necesario comprar alguna cosita más, pues ya tiramos de rebajas.
Pues eso es lo que hicimos el pasado sábado, y lo que ahora te voy a contar.
Ropa para boda
Lo primero que hicimos fue comprarles la ropa nueva para la boda que tenemos el próximo 28 de septiembre. Como recordaréis, ya os he comentando en un par de ocasiones que se casa una prima mía y estamos invitados los cuatros. Las niñas necesitaban ropa, así que les compramos un par de vestiditos. Pero no quiero anticiparme. Os lo contaré más adelante, pasada la boda.
Lo que sí os diré es que me costó encontrar un par de vestidos que nos gustasen (sobre todo a ellas); pero finalmente dimos con dos vestidos del gusto de cada una. Y también os adelanto que no irán vestidas iguales. No lo soporto.
Ropa de diario
Como ya os he dicho, teníamos que proveerlas de ropa nueva para el día a día, y mis hijas van a un colegio en el que no llevan uniforme. De momento, hemos hecho poca compra, contando que lo que más compramos, y lo que más preferimos que lleven al colegio son leggins y chandal (por su comodidad y porque son más de batalla), así que habrá que hacer alguna segunda batida a alguna tienda para proveernos de un buen surtido.
A Àfrica Uri le compramos bastantes pantalones vaqueros antes de primavera y, por suerte, todavía le van bien de largo; así que solo compramos unos vaqueros más. Enoâ, al ser la pequeña, tiende a ir heredando lo que a Àfrica Uri se le queda pequeño; es lo malo de ser la hermana menor. Aún así también acostumbramos a comprarle cositas, que no va a ir siempre de segunda mano, mi angelito, y esta vez le tocó hacerse con un par de vaqueros.
Íbamos a comprar camisetas básicas, pero claro, vieron unas camisetas de las Monster High (decidme que os parecen tan horrorosas como a mí), y decidimos comprarles una a cada una: la de Àfrica Uri en blanco; la de Enoâ en rosa.
¿Y los zapatos?
Por lo que respecta a los zapatos, esta temporada se han vuelto locas las dos por la marca Geox, y no hacían más que decir a todas horas “queremos unos zapatos de los que respiran”. ¿Y qué hice? Pues nos sentamos las tres delante del ordenador, entramos en la web de Spartoo, buscamos la marca, les enseñé los modelos que había para su talla y ellas eligieron.
Àfrica Uri escogió el modelo Witty Hi en negro en la talla 33; Enoâ escogió el mismo modelo, pero en color rosa y un número menos -sí, solo un número menos-.
Se trata de unas deportivas para niñas de caña alta, confeccionadas en piel y cuero, con la suela de caucho. Y, a juzgar por el hecho de que no se las quitan para absolutamente nada, deduzco que deben ser bastante cómodas. Van con sus Geox a todas partes, y le dicen a todo el que se para a hablar con ellas que son zapatos que respiran. Están encantadas con sus zapatos y se han dejado hacer unas cuantas fotos con ellos puestos.
Así que os dejo con la sesión fotográfica.