Revista Opinión

Rosa Cándida (Audur Ava Ólafsdóttir)

Publicado el 15 agosto 2018 por Carlosgu82

Hoy os quiero hablar del que fue el último libro que me leí hace ya unos cuatro año. Llevaba con él tiempo y no me había vuelto a percatar sobre su existencia, algo que muchas veces, se tiene tantos libros por leer y con tantas ganas de hacerlo que a la hora de elegir no se sabe cuál escoger para el momento adecuado, según en el estado de ánimo que me encuentre en ese momento así elijo mi lectura, no me gusta tampoco leer lo que todo el mundo está leyendo en ese momento, me gusta ir mucho por libre en este aspecto.

==Ficha==

Autora: Audur Ava Ólafsdóttir
Páginas: 280.
Precio en papel: 18.50 €.
Versión Kindle: 9.49 €.
Encuadernación: tapa blanda.
Año de publicación: 2011.
Editorial: Alfaguara.

==Audur Ava Ólafsdóttir==

Nació en Reikiavik en el año 1958. Es autora de varios libros de los cuales destacan Tierra Levantada, La mujer es una isla, con la que obtuvo el Premio de Literatura de la ciudad de Reikiavik y fue nominada al Premio Menningarverdlaun DV de literatura, y Rosa Cándida que recibió el Premio Fjöruverdlaun por “el atractivo de sus múltiples capas de significado y su creación de un nuevo paradigma masculino”, el Premio Page des Libraires, el Premio de los libreros de Prix du Roman Venu d’Ailleurs, y fue finalista del Premio Fémina Étranger, del Premio de Literatura del Consejo Nórdico, del Gran Premio de las Lectoras de Elle, del Premio de la revista Lire y del Premio FNAC de Francia.
Rosa Cándida significó un gran éxito de crítica y de ventas tanto en su país como en todos aquellos donde fue publicada. Como podéis ver, son muchos los premios los que la autora consiguió con esta novela, para algunas personas pueden ser merecidos, sin embargo para otras no tanto.

==Argumento==

Arnljótur es un chico joven que tras la muerte de su madre en un accidente de tráfico, decide dejar la casa donde vive con su padre y con su hermano gemelo autista.
Momentos antes de morir su madre, ésta saca las suficientes fuerzas para llamarle y darle unos últimos consejos.
A Arnoljótur y a su madre les unía un fuerte lazo: el invernadero donde ella cultivaba una extraña variedad de rosa: la rosa cándida, una rosa de ocho pétalos y sin espinas.
Allí, en el invernadero, una noche sin planearlo, Arnljótur amó a Anna, una amiga de un amigo.
Arnljótur hará un viaje hacia un país cercano, a un monasterio antiguo donde existe una rosaleda legendaria.
De camino hacia su nuevo destino, Arnljótur sin saberlo comenzará otro camino, un viaje en busca de sí mismo, y del amor perdido.

==Personajes==

Arnljótur. Es el protagonista de esta historia. En la novela es llamado en todo momento Lobbi. Tiene veintidós años, y con esta edad eran muchas las veces al día en las que él pensaba sobre la muerte; luego, sus pensamientos se dirigían al cuerpo; y después, también le quedaba algo de espacio en su mente para pensar en las rosas y en otras plantas.
Era un buen estudiante pero él lo que quería estudiar era jardinería, cosa que a su padre no le hacía mucha gracia. No quería estudiar ni botánica, ni biología, a él no le interesaba ser científico ni profesor de universidad, él se sentía a gusto entre la tierra mojada ya que según nuestro protagonista, es muy distinto poder tocar plantas vivas; sin embargo, en un laboratorio no llega ese olor de la hierba después de un chaparrón, su interés estaba en lo que crece de la tierra fértil.

Jósef. Hermano gemelo autista de Arnljótur. Jósef y él eran totalmente distintos, no tenía nada que ver el uno con el otro, según Arnljótur, su hermano era el guapo de los dos, mientras que él era pelirrojo, su hermano Jósef era muy moreno y llamaba la atención.
Aunque eran gemelos, nacieron en días diferentes, primero nació Arnljótur y dos horas después, pasada la media noche nació Jósef, pero el cumpleaños de ambos se celebraba el día en que nació Arnljótur.
Cuando murió su madre, Jósef decidió irse a vivir a un centro tutelado.
Realmente no se sabía lo que tenía, los diagnósticos no coincidían. Era un chico que no hablaba demasiado, era el silencioso de la familia.
A pesar de su autismo, su forma de comportarse era bastante normal, se las sabía apañar muy bien. Era un chico que siempre estaba contento, tenía una alegría real y nada forzada, también era muy buena persona e incapaz de decir ni una sola mentira.
Era muy aficionado a la ropa y a los colores, siempre solía llevar corbata como su padre.

Anna. La chica con la que tuvo aquella aventura en el invernadero y la madre de su hija Flora Sol, ya que esa noche tuvo consecuencias. Ocurrió un año después de morir su madre, aquella noche Anna y él se separaron del grupo de amigos y sin quererlo ni premeditarlo ocurrió lo que no debería de haber ocurrido, sobre todo porque a un amigo de Arnljótur le gustaba muchísimo Anna.
Después de esa noche la chica no volvió a ver a Arnljótur hasta dos meses después que le dio la noticia de que estaba embarazada.
Anna nunca le pidió que se hiciera responsable de su embarazo, ni tampoco le pidió nunca dinero para la manutención de la niña, pero sí le dejó ejercer como padre desde el primer segundo de vida de Flora Sol.
Era estudiante de Biofísica, pero su pronta maternidad no la impidió para seguir con sus estudios y su carrera, tenía muy claro lo que quería ser en su vida, quizá no estaba tan segura en otros planos de su vida, como en el ámbito sentimental.
Para Arnljóur, esta chica tan solamente fue una aventura en la que nació su hija, pero no les unía nada más, según él, fue fruto de un instante de estupidez, su relación con Anna solo se limitaba a la cuarta parte de una noche, incluso una quinta parte que se acercaría más a la realidad.

Pórir. Padre de Arnljótur, le llamaba de muchas formas diferentes, pero todas ellas cariñosas. Algunas veces le llamaba Lobbi, Addi o Dabbi, sobre todo le llamaba de esta última forma cuando quería hablar de su futuro, de lo que Arnljótur tendría que hacer.
Era un hombre que no creía en las casualidades, por lo menos cuando se trataba de los sucesos más importantes de la vida, nacimiento y muerte; siempre solía decir que la vida no despierta y se apaga por casualidad y como si nada.
Era un gran hombre y un gran padre, él atendió a sus hijos con todo el amor del mundo cuando murió su mujer, empezó a hacer de padre y madre.
Echaba muchísimo de menos a su mujer, siempre la tenía en su mente y la nombraba constantemente, desde que ella se fue, se lamentaba de su muerte, para él fue una gran pérdida y sabía que para sus hijos más todavía.
Su comentario desde entonces, era que su mujer tan solamente tenía cincuenta y nueve años, que era muy joven y con una vida todavía por delante; sin embargo, él ya eran ochenta años los que tenía, por lo que esa muerte tenía que haber ido a por él y no a por su mujer.

El padre Tomás. Superior del monasterio a donde Arnljótur iba a ir a trabajar en la rosaleda. Era un hombre que se dedicaba a la lingüística, su hobby eran las lenguas. Hablaba diecinueve lenguas con corrección, quince de manera aceptable y unas cuantas más que comprendía aunque bastante mal.
También era muy aficionado a las películas, le enviaban películas desde todas las partes del mundo sus conocidos, las tenía en diversas lenguas, había de todo menos películas de Hollywood, le aburrían los héroes de guerra y las comedias pretenciosas, en su colección tendría unas tres mil películas.

El hermano Matías. Padre también del convento, se ocupaba solamente del jardín, Arnljótur era el único que podía descargarle un poco de tanto trabajo, porque el hombre estaba cansado de macizos de flores y estaba deseando meterse en el archivo como los demás hermanos, tenían montones de manuscritos y los tenían que catalogar, era ya mayor, tenía cerca de los ochenta años y prefería estar en los archivos.

Pórgunnur. Amiga de la infancia de Arnljótur, fue con él a primaria y también al instituto, y muchas veces solían jugar en la casa de Arnljótur, en esos tiempos tocaba el chelo. Estudiaba arqueología y era madre de gemelos.
Es un personaje que pasa muy fugazmente por la novela, pero forma parte también de ese viaje que hace Arnljótur.

Madre de Arnljótur. Se llamaba Anna al igual que la madre de su hija. Es un personaje que aunque no interviene sí que está presente constantemente en la cabeza y el corazón de Arnljótur.
Tuvo un accidente de tráfico, en una curva mala el coche volcó. Allí, en ese lugar donde tuvo lugar el accidente, Arnljótur plantó un pino enano, estaba solitario entre piedras cubiertas de vegetación rala, así de alguna manera consagraba ese lugar a su madre.
Arnljótur decía de ella que donde estaba siempre lucía el sol, hiciera el tiempo que hiciese. Era toda ella luminosa, incluso en las fotos era como si hubiera un reflector enfocado sobre ella, y cuando había varias personas en la foto, era ella la única con las mejillas radiantes, casi como si las fotos estuvieran pasadas de luz. En su cabello había luz y también en su sonrisa.

Flora Sol. Hija de Arnljótur. Tenía tan solamente siete meses. Era una niña muy fácil de llevar, y muy dulce, siempre estaba contenta y se portaba muy bien, se despertaba sonriendo y dormía toda la noche de un tirón.
Gateaba por todas partes y era de lo más curiosa, se podría meter en un armario o debajo de una cama, y era muy capaz de meter los dedos en los enchufes, como todos los bebés, todo para ellos cuando empiezan a gatear es un peligro.
Era una niña muy precoz y más madura de lo habitual en los niños de su edad, pero no dejaba de ser un bebé y había que tener cuidado con ella.
Flora Sol era la niña de sus ojos, para él lo era todo y la comparaba mucho con su madre, en lo que al físico se refiere.

==Opinión personal==

Cuando me adentré entre las páginas de este libro no sabía lo que me iba a encontrar, como me pasa en otros muchos libros, pero con la diferencia de que no había mirado ninguna reseña sobre él, y sin embargo, de otros libros sí que las miro y más o menos puedo hacerme una idea de si te va a gustar o no.
A mí me lo recomendó un amigo diciéndome que me iba a gustar, pero luego nos pusimos a hablar sobre otros libros y no volvimos a tocar el tema de este, con lo que me lo pasó y lo dejé ahí en el Ipad, pero durante mucho tiempo, hasta que decidí que ya era hora de que le leyera.
Es un libro que me ha sorprendido muchísimo, pero para bien, me ha gustado muchísimo, aunque comprendería que no es una lectura apta para todas las personas, ya que es un libro muy lineal, no hay que buscar nada extraordinario porque no lo vamos a encontrar. En él no hay sobresaltos ni aventuras ni nada de nada, tan solamente la narración de Arnljótur sobre su vida, su día a día, sus pensamientos sobre la muerte y el cuerpo, a veces tiene unos pensamientos que no veo aptos para un chico de su edad, un chico de su edad suele pensar en divertirse, sexo, chicas, e incluso empiezan a descubrir el amor si no lo han hecho todavía, pero pocos chicos piensan sobre la muerte, quizá pensaba en ella por haber perdido tan pronto a su madre.
También pensaba mucho en sus plantas, sobre todo en sus rosas de ocho pétalos, conocida también como la rosa cándida, una especie de rosa muy peculiar.

El invernadero que Arnljótur heredó de su madre no era un invernadero industrial, en él no se encontraban ni tomateras, ni pepinos, tan solamente había rosas, unas rosas que se cuidaban solas, no tenían la necesidad que se les dedicara mucha atención, y cuando él emprendiera su viaje, sería su padre quien se encargaría de cuidarlos.
En ese invernadero su madre echó muchas horas, para ella era su entretenimiento, lo tenía muy bien cuidado y aunque fuera a altas horas de la madrugada, si las tenía que cuidar lo hacía sin ningún problema, a ella su invernadero la daba mucha vida.

Durante los 77 capítulos que tiene la novela, nuestro protagonista nos va narrando su destino hacia el monasterio, donde su jardín era nombrado desde la Edad Media en todos los manuales de cultivo de rosales.
La aldea donde se encontraba el monasterio se encontraba sobre una elevación rocosa. Era un pueblecito donde solamente había una cosa de cada: una posada, un restaurante, una peluquería, una carnicería y hasta solamente había un mendigo, sin embargo, era un lugar en donde las iglesias asomaban en cada esquina hasta el punto de que podía haber dos o tres juntas, eso le causaba mucha curiosidad a Arnljótur, ya que aquel lugar era muy pequeño.
En ningún momento el protagonista nos revela el nombre de ese lugar, por su descripción, yo me imaginaba un pequeño pueblecito italiano.

Los personajes están muy bien definidos, pero el protagonista a muchos de ellos no nos descubre sus nombres, es un libro donde no es muy dado a dar nombres ni de lugares ni de algunos personajes, pero eso no les quita importancia.
Con Arnljótur sentí rápidamente mucha empatía, no sé si es porque en muchos momentos me vi reflejada en él, a lo que en su madre me refiero. Yo me quedé con los mismos años sin madre, con 21 años, cuando el protagonista la mienta a cada momento y habla de ella como si estuviera viva, me pasa a mí también y aunque hayan pasado los años, siempre estará viva en mi mente y en mi corazón, al igual que para Arnjótur su madre, es increíble como muchas veces nos podemos identificar en ciertas cosas e historias con los personajes, y eso quizás nos hace disfrutar aún más de su lectura.
Lo que me ha dejado algo así fría, no tanto como en algunos otros muchos libros, pero sí bastante, ha sido el final, no me esperaba que terminara de esa forma, pero aun así no le resta importancia ni belleza a la historia, creo que no es un punto negativo para no leerse el libro, quizás esté en la línea del libro y yo no lo he sabido ver ni interpretar, pero lo veo como un final abierto, y esos finales no me gustan mucho.

==Conclusión==

Para mí ha sido un libro diferente a los que hasta ahora he leído, es una literatura distinta a lo que estamos acostumbrados, pero a pesar de todo, es una lectura que me enganchó desde el principio de sus hojas, como os comentaba, es un libro muy lineal, no hay nada especial en él, pero logra atraparnos hasta el final.
Y aunque el final es algo raro, sí que os recomiendo su lectura. Se la recomiendo en general a todos, pero si lo que quieres es acción o que ocurra algo especial, este no es el libro idóneo, tan solamente nos encontraremos una narración de un chico joven algo perdido en algunos temas, de vez en cuando hay algún diálogo que otro, pero muy pocos.
A mí personalmente, me ha sorprendido gratamente, me ha gustado muchísimo, he disfrutado de su lectura y desde luego no es un libro del que me pueda olvidar fácilmente, son de esos libros que perduran durante mucho tiempo en nuestra mente.


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