Rosácea: tratamiento con láser

Existen muchas patologías de la piel. Una de ellas es la rosácea que puede tener un gran impacto emocional en los pacientes que la padecen. El Dr. Emiliano Grillo explica en este artículo cómo se realiza su tratamiento con láser.

La rosácea es una dermatosis inflamatoria crónica que afecta aproximadamente a un 10% de la población. No es una enfermedad con graves repercusiones sobre la salud, pero tiene un componente estético que puede suponer una importante carga emocional alterando en algunos casos las relaciones sociales de los pacientes.

La etiología de la rosácea es desconocida, aunque se han especulado varias causas como anomalías en las glándulas pilosebaceas, alteraciones vasculares (con fenómenos de vasodilatación) y microorganismos como el Demodex folliculorum. Las manifestaciones clínicas comienzan con eritema (“rojez”) transitorio en la cara o flushing, que puede convertirse en persistente. También son comunes pápulas y pústulas (“lesiones similares al acné”), dilatación de vasos, sequedad de piel y sensación de tirantez o quemazón referida por el paciente.

Actualmente ninguno de los tratamientos disponibles para la rosácea está considerado como curativo.

La finalidad de la terapia será disminuir la sintomatología, alargar los periodos intercrisis y mejorar el aspecto estético. El tratamiento se ha de planificar de manera individualizada en cada paciente.

En nuestra opinión, el tratamiento con láser vascular (PDL) y/o luz pulsada (IPL) aplicado por unas manos expertas, ofrecen una magnífica solución para el enrojecimiento facial, reducción de lesiones inflamatorias, mejoría de la calidad de la piel y reducción del número e intensidad de los brotes de rosácea. Estos resultados se encuentran avalados en la actualidad por numerosas publicaciones científicas.

Tipos de tratamiento láser para la rosácea

• Láser vascular (láser de colorante pulsado o PDL): El arma más eficaz para disminuir la rojez difusa de la cara. También disminuye las lesiones acneiformes y mejora la calidad de la piel haciéndola menos gruesa y tirante.
• Luz Pulsada Intensa (IPL): es una nueva tecnología que causa menos “hematomas” que él PDL, aunque su eficacia es ligeramente inferior.
• Láser de Neodimio-YAG: El más eficaz para el tratamiento de vasos gruesos y lesiones acneiformes.

El tratamiento láser se hace progresivamente y los resultados se notan desde la primera sesión, logrando unos resultados óptimos con 3-6 sesiones. Ninguna crema, loción o comprimidos pueden proporcionar unos resultados tan favorables a los obtenidos con las terapias láser para tratar la rosácea. 

Otro punto fuerte de este tratamiento es su rapidez de acción ya que sus efectos pueden notarse desde la primera sesión.

Como efecto adverso de este tratamiento está la púrpura postlaser (“hematomas”), que puede producirse al utilizar el láser vascular con pulsos cortos. En cualquier caso, la duración de estos “hematomas” es transitoria, no prolongándose más de 7-10 días. Desde la finalización de la sesión de láser el paciente puede maquillarse para atenuar su intensidad.

Sin embargo, es cierto que personas que trabajan de cara al público no pueden pasar este tiempo con “hematomas”. Podemos plantear en estos pacientes otras opciones como trabajar con menores intensidades de láser y/o utilizar pulsos más largos, en estos casos se obtendría una menor efectividad y serían necesarias mayor número de sesiones.

Otra posibilidad es utilizar la luz pulsada (IPL), con este dispositivo similar al láser obtendríamos buenos resultados sin la necesidad de provocar “hematomas”. Para tratar vasos gruesos el mejor láser es el de Neodimio. Debido a su mayor penetración en los tejidos puede coagular vasos de mayor diámetro. En muchas ocasiones combinamos distintos láseres para obtener unos resultados óptimos. 

Por ejemplo, un tratamiento estándar sería reducir la rojez difusa de la cara con el PDL y posteriormente aplicar el láser de Neodimio para coagular los vasos mayores.

En general, los tratamientos láser son bien tolerados por los pacientes provocando tan solo ligeras molestias que pueden ser atenuadas con la aplicación de una crema anestésica 1 hora previa al tratamiento. Gracias a un pequeño estudio piloto realizado por nuestro grupo de trabajo comprobamos que el tratamiento con láser era el mejor valorado por los pacientes con rosácea entre todos los tratamientos normalmente utilizados. Destacamos del tratamiento láser de la rosácea su alta eficacia y la rapidez con la que se alcanza la mejoría.