Rosas de té sureñas: Duchesse de Brabant

Duchesse de Brabant (Bernède, 1857), creciendo en el Sacramento City Cementery.
Mi admirada Elizabeth Lawrence (1904-1985), ya en el año 1942, hacía la siguiente observación sobre las rosas cultivadas en los jardines del Sur de los Estados Unidos:

Hubo una época en la que los jardines del Sur estaban llenos de rosas antiguas encantadoras, con nombres agradables y perfume delicioso. Sin ser tocadas por las tijeras de podar, crecían hasta amplias proporciones y florecían generosamente desde la primavera hasta el otoño, sin la necesidad de un concienzudo programa de pulverización, fumigación y acolchado. Ahora, que han llegado al punto en el que han desaparecido casi por completo, los rosalistas están ansiosos porque vuelvan a recibir el favor del público. Es un gran reto buscar las rosas perdidas -de té, musgosas y borbonianas. Muchas de las que han sido hechas a un lado y olvidadas, están siendo rescatadas y mimadas.

Y añade algo interesante, que deberíamos tener muy presente a la hora de trabajar en nuestros jardines:

Muy a menudo es por falta de apreciación más que por falta de disponibilidad de plantas lo que hace nuestros arriates tan parecidos entre sí y tan faltos de encanto.

Por fortuna, la tarea compilatoria que reclamaba Miss Lawrence se ha llevado a cabo con bastante éxito en los Estados sureños. Diferentes asociaciones de roseros aficionados llevan décadas haciendo esta labor.
Sobre las rosas de té, decía Miss Lawrence:

En los tiempos de antes, cuando todavía no habían sido descartadas en favor de los modernos híbridos de té (que están muy lejos de estar bien adaptados para crecer en el Sur), las rosas de té eran las grandes favoritas. La rosa de té, o rosa con aroma a té, se llama así debido a que su aroma se considera similar a la fragancia del té chino más refinado.

El hecho es que los híbridos de té tienen entre sus ancestros a familias de rosas europeas antiguas, que florecen bien sólo si los inviernos son lo suficientemente frescos. De ahí la explicación de por qué muchos híbridos de té no nos dan los mejores resultados cuando los plantamos en zonas de inviernos suaves. Las rosas de té, por el contrario, poseen toda su fuerza en las ramas, crecen y florecen a lo largo de todo el año, si las condiciones meteorológicas lo permiten, y se ven favorecidas por los climas suaves.

Continúa Miss Lawrence:

La más bonita de todas las variedades, y, para mí, la más bonita de todas las rosas de mi jardín, es la antigua Duchesse de Brabant, de flor delicadamente perfumada y de delicado color, que solemos llamar 'la Duquesa'por estos lares-aunque precisa ser citado el nombre completo, ya que las duquesas son muy comunes entre las rosas. Las pequeñas flores en forma de copa aparecen casi sin parar desde abril hasta el invierno.

Queda pendiente una mini-biografía de mi admirada Elizabeth Lawrence, donde, una vez más, se pone de manifiesto la gran máxima: detrás de una gran jardinera, hay una gran rosera.

Fotografías: Webshots.com
"Una rosa es una rosa es una rosa".
Gertrude Stein.