Aumento de actividad en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko
La sonda europea Rosetta se vió obligada a entrar en modo seguro la semana pasada tras una serie de problemas derivados con el aumento de la actividad del cometa al que orbita, el 67P/Churyumov-Gerasimenko.
Ambos se encuentran cada vez más cerca del Sol lo que está provocando un aumento de temperatura en la superficie del cometa. Las partículas de polvo y gas que rodean al núcleo son cada vez más numerosas, algo que no beneficia a la sonda.
Además de los lógicos problemas que puedan surgir producto de la colisión con alguna de estas partículas los problemas han comenzado de otra manera… Rosetta necesita orientarse con las estrellas de fondo para poder apuntar su antena hacia la Tierra y enviar los datos recogidos. El aumento en número y tamaño del polvo que rodea al cometa provocó que la sonda tomara como estrellas algunas de estas partículas perdiendo la conexión con las antenas de espacio profundo terrestres, no hace falta decir que esa falta de orientación no solo hace peligrar la recogida de datos, la sonda podría perder su rumbo y terminar el delicado baile que ejecuta junto a 67P/Churyumov-Gerasimenko desde hace unos meses.
El equipo científico se vió obligado a mantener la sonda en “modo seguro” durante dos días después al último máximo acercamiento. Ahora se encuentra en una órbita a casi 200 kilómetros de la superficie en una zona más segura, pero la misión debe continuar y están planeados acercamientos en pocas semanas, el riesgo existe, pero la información que está obteniendo Rosetta de cómo se comporta un cometa a medida que se acerca al sol es demasiado valiosa.
Al objetivo de encontrar y resucitar al pequeño Philae se suma ahora el sobrevivir al acercamiento y seguir transmitiendo datos e imágenes. Nadie dijo que iba a ser fácil…