Hace un par de semanas hablaba en un artículo sobre la prohibición tácita de utilizar el español/castellano en algunos ámbitos políticoadministrativos y lo mal que me parecía tal cosa, por mucho que yo sea valenciano y me exprese en esa lengua a diario. Me parece extremadamente inapropiado que para, supuestamente, potenciar una lengua local, se prohíba el uso del español o se pongan trabas al mismo. Incluso creo que llegué a decir que me avergonzaba de ser valenciano, y es cierto (no lo saquen de contexto, por favor, que ya me veo venir a más de uno), en situaciones de este tipo me ocurre. Me avergüenza lo que puedan pensar de nosotros más allá de nuestras fronteras. El artículo de hoy puede considerarse una continuación de aquel, aunque en este me voy a referir al catalán y no al valenciano. Por cierto, aprovecho para decir que también me molestan mucho esas luchas interminables y cansinas sobre si el valenciano es un dialecto del catalán, o sobre si el catalán viene del valenciano, o si son una misma lengua con matices… En serio, todo eso está muy politizado y me resulta cansino, inútil, farragoso y molesto. De hecho, hace tiempo que no leo artículos en los que, por su titular, se adivina la polémica en este sentido. Creo que ya he leído bastantes para lo que me resta de vida. Hoy quería centrarme en el asunto de rotular en catalán los comercios. Lógicamente me refiero a Cataluña, pero situaciones como esta, a veces son extrapolables a otras comunidades, especialmente la valenciana, aunque siempre caben matices.
Rotular en catalán, o contra los rótulos en español
Rotular en catalán está muy bien, pero no tendría que haber ninguna obligación.
Sí, contra los rótulos en español sería lo correcto, porque lo cierto es que no hay una obligación de rotular en catalán los comercios porque uno puede hacerlo en chino mandarín si le apetece, o en inglés, o ¿por qué no?, en ruso, que es un idioma que todos entendemos a la perfección. Pero claro, hacerlo en español eso es otra cosa, y molesta, ¿por qué en español habiendo tanto idioma por el mundo? Que estemos en España no parece suficiente motivación para usar el español, eso es de antiguos, al fin y al cabo ya no estamos en tiempos de Isabel la Católica.
Según he estado viendo, solo en el año 2011, la administración catalana impuso un total de 226 sanciones por no usar el catalán en los rótulos.Hay un caso conocido porque se recurrió y está luchando por sus derechos, otros muchos agachan la cabeza y pasan desapercibidos, eso hace que crezcan las intolerancias y que creamos que los intolerantes lleven la razón en todo. Y no es así, lo que ocurre es que los demás nos acomodamos y preferimos no luchar, o quizás es porque nos resulte incómodo o demasiado caro, pero créanme, nadie debería callar ante un abuso administrativo, de la clase que fuere.
El caso al que me refiero es el del empresario Manuel Nevot. Inicialmente (en la década de los 80) rotuló su negocio como «Fincas Nevot API, rústicas, solares y terrenos». En 1998 apareció la normativa (para mi opinión lamentable, aunque ya sé que eso me va a costar más de un comentario negativo; espero que no necesariamente insultante) que obligaba a rotular «al menos» en catalán. Este empresario grabó en la vidriera de la puerta de entrada: «Finques Nevot», aunque con buen criterio, mantuvo el rótulo que siempre había tenido en su negocio.
Pese a que acató la nueva normativa rotulando en catalán, lo sancionaron con 400 euros porque el rótulo principal no estaba en catalán, y con otros 400 euros por no tener el cartel que anuncia la existencia de un libro de reclamaciones.
Lo que le dijo la inspectora: «Usted no tiene el cartel principal en catalán». Supongo, eso sí, que se lo diría en catalán.
Después de reclamar judicialmente, en 2010 presentó un último recurso en el Tribunal Constitucional, que ni ha resuelto, ni ha comunicado nada, seis años después. En el artículo de mañana hablo sobre una sentencia contra estos asuntos de rotular en catalán; sentencia que parece ser que no hay voluntad de acatar.
Repito lo que ya he dicho alguna vez: Esas son las prioridades de este país fraccionado; en cuanto a la educación, la calidad, la seguridad jurídica… Todo eso importa una m… Lo único que importa son estas cosas, que si el valenciano, que si el catalán… Vergüenza tengo.
Ramón Cerdá