Después del desplome de Wall Street ayer en 3,6%, con el cual los índices marcaron nuevos mínimos del año, lo único que faltaba a los inversores es que el gurú más famoso de la crisis presentara otra de sus predicciones apocalípticas. Y lo hizo. Nouriel Roubini anunció en una entrevista en la CNBC que espera que las bolsas bajen otro 20% por culpa del debilitamiento de la economía mundial.
A su juicio, la debilidad de la zona euro y su reflejo en una nueva ralentización de EEUU y otros países desarrollados harán las cosas todavía más difíciles para los inversores en los próximos meses.
"Hay algunas partes de la economía global que corren el riesgo de una recesión en doble suelo" (es decir, de volver a entrar en recesión tras la recuperación actual), afirma Roubini. "De aquí en adelante sólo veo un empeoramiento".
Por eso, cree que lo más probable es que tanto las bolsas como las materias primas sigan cayendo, por lo que los inversores sólo estarán seguros refugiándose en la liquidez. También recomienda a aquellos que tengan exposición al mercado cubrirse con opciones para limitar el impacto de las pérdidas.
"Existe ese riesgo porque los problemas macroeconómicos se sitúan primero en la zona euro. Luego en China hay evidencias de una ralentización... Japón tiene problemas y el crecimiento en EEUU va a ralentizarse". Y por si fuera poco, añade que "también existe un riesgo regulatorio porque no sabemos qué va a pasar con la reforma del sector financiero".
Otra de las recomendaciones de Roubini es buscar refugio en los bonos de los países más sólidos económicamente. "Aparte de en liquidez, yo invertiría en deuda a corto plazo de países que no tienen un serio problema de deuda, como Alemania y tal vez Canadá y algunos otros países avanzados que, desde un punto de vista fiscal, están más sanos que las economías más débiles", aconseja.
En cuanto a Europa, su visión no puede ser más pesimista. A su juicio, arreglar los problemas de deuda de Grecia y el resto de los países con problemas (como España) es "misión imposible", por lo que cree que serán necesarias decisiones más duras que las adoptadas hasta ahora.
"Está claro lo que hace falta: hay que subir los impuestos y reducir el gasto. En caso contrario, vamos a ver un descarrilamiento fiscal". "Y va a llevar años de sacrificios", añade para completar su negro panorama.
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Tomado de El Economista
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización