Revista Música

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I

Publicado el 17 octubre 2010 por Bitacorock
Si hablamos de convocatoria en el terreno meramente progresivo, sin duda Roxy Music pasa de refilón y a varios metros de la vorágine porque, seamos francos, la banda del amigo Ferry nunca ha atesorado obras maestras bajo el brazo.

Sin embargo, a la usanza de otros casos dignos de mención, bajo su manto no sólo ha quedado cobijada una multitud de nombres que se cruzan una y otra vez en el gigantesco tapiz del prog-rock desde hace ya 40 años. También fluye un glamoroso aroma que al día de hoy ni siquiera huele a naftalina.

Pionero e influyente en su género, Roxy Music tuvo lo suyo. ¿Ah, sí? Veamos entonces...

.

ROXY MUSIC

"Gomina, moda sofisticada y nostalgia por la elegancia francesa, trabajos pesados en guitarra, sintetizador insistente y riffs atonales se combinan para hacer de Roxy Music una de las bandas más excitantes de Londres". Este epígrafe de 1974 pintaba de cuerpo entero a una banda de la que poco y nada se conocía en la Argentina de entonces.

Hijo inmaculado de la corriente que más tarde dio en llamarse glam-rock, Roxy Music depositaba un alto porcentaje de su carisma en su fundador, compositor, cantante y tecladista Bryan Ferry.

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I
Venido al mundo en septiembre de 1945, Ferry emprendería una vertiginosa carrera de su cuna en una familia de la clase trabajadora inglesa a estrella del rock moderno: exquisitos y elegantes jackets, autos caros y lujosos, canciones de amor, numerosas compañías femeninas, posturas sexy, canto sensualmente melancólico y movimientos sutilmente estudiados eran rasgos que a Mr. Ferry le calzaban como un guante, convirtiendo su estampa en un imán con la misma fuerza atractiva de un Rod Stewart, un David Bowie o un Marc Bolan.

"Contrariamente a la mayoría de los músicos que ya tocaban desde los 17 años, yo comencé muy tarde, hacia los 25, y sabía exactamente lo que quería hacer", confesó una vez el ex-estudiante de bellas artes y ex-profesor de alfarería Bryan Ferry.

A comienzos de 1970, sabiendo lo que quería hacer y ya con dos antecedentes en bandas rockeras del montón, Ferry fue uno de los felices convocados para una prueba de audición frente a un tribunal de lujo para un reemplazo de lujo en una banda de lujo. Menuda tarea les esperaba a los señores Robert Fripp y Pete Sinfield, que sentados detrás del escritorio debían aguzar oídos para el afortunado que se acercara al canto angelical de un Greg Lake recientemente emigrado de la corte del rey King Crimson. A decir verdad Ferry no sonó angelical pero sí talentoso, por lo que si bien su nombre fue tachado de la lista de futuros crimsonianos, Fripp y Sinfield se aseguraron de no perderlo de vista para proyectos venideros.

Poco después Ferry se unió al bajista y amigo Graham Simpson y mediante un aviso en el diario que solicitaba un tecladista apareció el saxofonista Andy Mackay, dueño de un sintetizador VCS3. Inmediatamente Mackay se acordó de su amigo Brian Eno, dueño a su vez de un deslumbrante grabador Revox y capaz de manejar su VCS3 a pesar de ser apenas un aprendiz en la música. No pasó mucho tiempo para que Eno fuera invitado a unirse al grupo en formación en calidad de consultor técnico... más que nada porque su Revox era un preciado vehículo para registrar un par de demos que Ferry y Mackay ya tenían cocinados.

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I
Con nuevos avisos en el Melody Maker que solicitaban un "guitarrista perfecto" y un "baterista maravilla" aparecieron, respectivamente, Phil Manzanera y Paul Thompson. A pesar del deslumbramiento causado por Manzanera ante su riqueza musical y sólidos contactos, este hubo de conformarse con un puestito de roadie porque el de guitarrista quedó en manos de un no menos conocido por entonces: el ex-Nice David O’List.

"Estábamos trabajando fuerte y como la banda no tenía ingresos, no había posibilidad de repartos desparejos -reía Eno-. Todos participábamos en lo que podíamos: yo soldaba, Andy manejaba el camión de los equipos..."

Al promediar 1971 Roxy Music gozaba del espaldarazo del DJ John Peel... pero de la típica inestabilidad de los comienzos. La pronta deserción de O’List en febrero del ’72 le dejó la puerta abierta de par en par al roadie Manzanera... que se sabía el repertorio Roxy de memoria y semanas más tarde el dúo Fripp-Sinfield le dio a Ferry la mano prometida: un contrato con EG Management, los "papis" de nada menos que King Crimson y Emerson, Lake & Palmer, y la producción del primer álbum a cargo de Sinfield.

¿Qué esperaban pues los Roxy Music para grabar ese primer álbum?

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I
Tal vez lo que esperaban era un contrato con alguna compañía discográfica... Tiempo al tiempo. Entre tanto la banda ensayaba activamente el material compuesto por Ferry y cuando por fin llegó el contrato con Island Records, el álbum debut apareció en junio del ’72 bajo el título epónimo "Roxy Music". Nada mal para un comienzo: poco después el disco alcanzó el puesto 10 en los charts ingleses... aunque nada bien para un comienzo: el co-fundador Simpson abandonó la banda y su lugar fue ocupado por el bajista Rick Kenton.

Si bien auspicioso, en épocas en que lograr encaramar un simple en los primeros lugares del chart era cuestión de vida o muerte grupal, "Roxy Music" no produjo ningún simple exitoso. La banda pues, tuvo que producirlo a posteriori y ese es el origen de "Virginia Plain", a la sazón el primer hit de Ferry & Co. Una visita al legendario "Top of the Pops" de la BBC TV mostró en pleno a un Roxy Music que desde entonces daría que hablar en el circuito londinense.




Tras esta presentación, la banda era descrita como "una amalgama de los años ’60 y los primeros sonidos originales de los ’70, completado con el jazz decadente de los ’40 y ’50". También su popularidad ingresó en una loca espiral, con shows en el Lincoln Festival y más tarde como teloneros de Alice Cooper en el Empire Pool de Wembley y de David Bowie en el Plainbow Theatre.

La fama llega... los problemas también

Era previsible. A fines del ’72 la tradicional encuesta del Melody Maker consagró a Roxy Music como el "Grupo revelación" del año y una gira por Estados Unidos siguió en la agenda de prioridades trazada por el Management. Sin embargo, Ferry se lamentaría pronto de esa movida de enero de 1973 en tierras americanas: "Los grupos eran terriblemente diferentes de nosotros porque todo estaba desorganizado y el público no era justamente el que necesitábamos".

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I
Las fricciones entre los miembros tampoco se hicieron esperar. El bajista Kenton partió hacia otros rumbos y fue reemplazado por John Porter. No obstante el clima poco propicio, el segundo álbum vio la luz en marzo del ’73: "For Your Pleasure", lanzado a la venta conjuntamente con el simple "Pyjamarama". Instrumentalmente más depurado que su antecesor, el álbum presenta arreglos más meticulosos y cuidados, dando buen crédito a los solos de Manzanera, Mackay y Eno, como así también a las extravagancias de este último, ávido experimentador de sonidos y efectos.

Sin embargo la tirantez Ferry-Eno seguía acaparando titulares en el seno de la banda. Uno celoso y dominante, el otro experimentador y deseoso de tener su lugar, no conformaban ya un equipo coherente. En cuanto Ferry dispuso que Roxy debía tocar música compuesta exclusivamente por él y sorprendió a Eno formulando alegres declaraciones sobre su próximo disco experimental a grabar junto a Robert Fripp (el futuro "No pussyfooting"), los fans pronto comprendieron que habría más deserciones en la banda.

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte I
Dicho y hecho, Eno dijo adiós a Roxy en agosto del ’73, apartó sus dedos del VCS3 y los metió en el ventilador: "Si bien Bryan merecía más que nosotros por haber escrito todos los temas, creo que las cosas estaban mal divididas. Bryan se llevó todas las regalías musicales y editoriales, y una sexta parte de los arreglos, lo cual quiere decir que terminó quedándose con el 70% de lo que ganábamos entre todos".

Aunque todos los miembros del grupo compartían los conceptos de Eno, sólo uno más emigró en tiempo y forma: para variar, el bajista; Porter cedió su puesto a Johnny Gustafson. El vacío dejado por Eno sería cubierto a entera satisfacción por un niño prodigio de formación clásica que a sus entonces 18 años y con un rico antecedente en Curved Air ya prometía en grande: Eddie Jobson. Otro cantar.

El reajuste de lineamiento trajo cierto respiro. Después de todo, la banda gozaría de cierta estabilidad durante los próximos 2 años.

.

Roxy Music: Rock de brillantina - Parte II (próximamente)


Volver a la Portada de Logo Paperblog