Cada día que pasa resulta más evidente que Carlton Melick III y Laura Lee Bahr son los reyes del género bizarro. Conocí a la autora americana hace tiempo con su libro Fantasma, cuya reseña podéis leer aquí, y donde nos cuenta una historia más nostálgica que terrorífica como si fuera uno de esos famosos libros de Elige tu propia aventura.
Pero muchos de vosotrxos y yo hasta hace poco tal vez no sepáis qué es el género bizarro. Hace unos años había una disputa lingüística en torno al término. En inglés, la palabra bizarre hace referencia a algo extraño, mientras que en español significa valiente. Hace relativamente poco tiempo, la Fundéu aceptó el significado de extraño también en español y ambas palabras se unificaron.
De modo que, a grandes rasgos, podemos concluir que eso es el bizarro: un género literario raro y extravagante, de esos que piensas que en ocasiones te va a volar la cabeza, pero que en el fondo reflexiona sobre la realidad sólo que sacándola un poco de quicio para obligarnos a pensar y a no dárnoslo todo masticadito como lectores.
Carne de ángel (Orciny Press) es un conjunto de relatos. Ya desde esa portada bestial se nos advierte lo que podemos encontrar. Historias raras, de robots y humanos que trabajan juntos, de la historia de una casa y la relación de varios hermanos en Mentirose. De detectives hard boiled que en realidad sólo están desempeñando un papel. De más androides. De una pareja que disfruta un pastel de terciopelo azul (como el de David Lynch) que en realidad es como el de terciopelo rojo, pero pringa aún más.
Son historias corrientes y a la vez no. En realidad nos hablan de una cosa y están queriendo decir otra para hacernos reflexionar. En ocasiones las sentimos pegajosas, malsanas, como el ya citado Lynch en su mejor época. Es como ver un animal atropellado en la carretera, que nos repugna, pero no podemos dejar de mirar.
Afortunadamente, no todos los relatos son igual de intensos. El libro se divide en tres partes, llamadas Carne, Alas y Corazón, que mantienen un hilo conductor. Por otra parte, siempre tenemos la idea de ese ángel al que hace referencia el título y que tan bien ilustra la portada obra de Jim Alpagza.
Hay mucho de gótico americano en el libro, de una especie de retorcida forma de vida americana donde entran todo tipo de elementos de pesadilla y oníricos, que se filtran a nuestra realidad sin sorprender a los personajes. Chicas poseídas cuentan en la primera cita cómo fue tener dentro al Diablo, o hechizos que permiten ver a alguien con su cara de rata.
Tal vez el más "normal" (no me atrevo a usar este término), sea el último, una autoficción titulada En el desierto, en el que la autora nos cuenta una reunión con su familia. Durante el viaje la aguardan mil peripecias, pero se ve recompensada con creces cuando llega al punto de reunión en Nuevo México. Nos ofrece un atisbo de realidad y la visión de una familia que, aunque rara, ya nos gustaría tener a muchos.
En resumen, un libro muy recomendable si te gustan las historias potentes y originales, si estás dispuestx a descubrir nuevos géneros o sencillamente, hastiadx del trillado panorama literario actual. Laura Lee Bahr es una de esas voces que destacan y destacarán por su contundencia y honestidad.