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La pasada semana fue nuevamente criticada la Sra. Mateo por un “Tweet” en el que supuestamente, se ridiculizaba la figura de la Princesa de Asturias en su primera intervención pública, con trece años de edad. Aclaró la directora del ente que el gesto del “mic drop” lejos de constituir una burla, era, en el lenguaje digital actual, una suerte de felicitación por haber actuado con brillantez. La expresentadora no hubiese tenido necesidad de pedir disculpas ni de hacer aclaraciones en caso de no haber publicado el tristemente famoso video, después de cosechar los peores resultados en audiencia de los últimos años, incluso en programas tan carismáticos como los telediarios o los desayunos. El sectarismo -que siempre se produce en los medios públicos de comunicación- ha excedido unos límites que merecieron el castigo del público; nadie cuestiona la incluencia -más o menos notable- de la administración de turno, pero la actual radiotelevisión española está sufriendo el rechazo de muchos ciudadanos, de muchos más que antes. Por algo será.