No lo merecía. Desde este espacio hemos afirmado siempre que Rubalcaba sufrió la herencia del zapaterismo e hizo gala de fuerza, entrega y sacrificio en una campaña electoral marcada por la más que previsible derrota. Rubalcaba es un gran político, a años luz del leonés errante, y hubiese sido muchísimo mejor presidente que D. José Luis estos pasados siete años. Pero los senderos de la política son tan inescrutables como los del Señor y la regla habitual no es que triunfen los mejores, sino los más taimados o quienes no se mueven en la fotografía y medran por inercia propia. Yo creo que se equivocó acercando a Felipe y Guerra en la campaña, porque, aunque González fue un gran presidente, su tiempo ya pasó y puede traernos a la memoria cierta etapa oscura del socialismo en la que el candidato también era ministro. Rubalcaba deja tras de sí una brillante carrera política, y de resultar reelegido, hará digno y duro candidato a la presidencia en las siguientes generales, con permiso de Dª Carmen, que es mujer y pacifista, aunque eso sea otro tema. Me apena el batacazo electoral de un candidato que merecía algo mejor como colofón de una dilatada vida en la alta política.