En La Polaroid de Mario, Rubén Plasencia construye un relato íntimo sobre la memoria, la identidad y el poder evocador de la imagen. A través de la historia de un ejercicio doméstico y el uso de una cámara Polaroid, el fotógrafo traza un mapa de recuerdos compartidos, donde la fotografía se convierte en un vínculo entre generaciones.
El proyecto parte de una experiencia profundamente personal. Su abuelo Mario fue una figura clave en su vida, un hombre bromista y paciente que jamás olvidaba su cámara Polaroid en las excursiones familiares. Plasencia creció admirándolo y, años después de su fallecimiento, su abuela le regaló la misma cámara con la que tantas veces lo había fotografiado. Desde entonces, la Polaroid lo ha acompañado en sus viajes y en momentos cruciales, como el nacimiento de su sobrino Mario, quien heredó el nombre del abuelo. Para Plasencia, disparar con esa cámara es una forma de unir el pasado y el presente, un puente que lo conecta con su historia familiar.



La publicación cuenta con diseño de Santanasantana y fue producida en nuestros talleres con una tirada de 150 ejemplares numerados, con fotos del propio Rubén y textos de Elida Dorta. El diseño, de estética minimalista y materiales cuidadosamente seleccionados —como la portada con papel Gmund y los interiores con una combinación entre Fedrigoni Arena y papel satinado—, refuerza la intimidad del relato y el carácter artesanal de la obra.
Plasencia destaca la experiencia de trabajar con nosotros en la producción del fotolibro como un proceso en el que «todo fue fácil, familiar… Este es el primer fotolibro en el que yo me encargaba de casi todo y el contacto con ellos después de trabajar el diseño con Santanasantana fue buenísimo». Además, todo este proceso ocurrió en un momento complicado porque Rubén vino desde Canarias a recoger el trabajo unos días después de todo lo sucedido con la DANA. «La verdad que se portaron genial para embalar todo con sumo cuidado y traérmelo a Tenerife. Incluso me permitieron dejar la maleta por las instalaciones para que yo pudiera estar tranquilo unas horas por la ciudad antes de volver al aeropuerto y regresar a la isla», comenta el fotógrafo.


Más que un documento visual, La Polaroid de Mario es una reflexión sobre la construcción del recuerdo y la transmisión de la memoria a través de los objetos. Con esta obra, Plasencia continúa su exploración de la fotografía como herramienta narrativa, consolidando su interés por las historias que emergen de lo cotidiano.