Lo más escuchado en cualquier taller de bicicletas de España (y me atrevería a decir del mundo) es la famosa frase " hace un ruido al pedalear fuerte ".
Es más, casi siempre va acompañado de un diagnóstico previo: el ruido proviene de las bielas o del eje del pedalier y es especialmente molesto cuando se pedalea de pie.
Es normal que la primera opción sea pensar que la causa de nuestros males sean los rodamientos del eje del pedalier. Pero también es normal pasar por alto otros muchos puntos que pueden ser los causantes de ese molesto ruido al pedalear. Hoy os voy a hablar de unos cuantos puntos a revisar cuando aparezcan los dichos crujidos.
Yo he sufrido muchos de ellos en mis propias carnes, ya que mi Merida Big Nine siempre ha sido propensa a este tipo de ruidos. En mi caso, la zona de la patilla del cambio trasero ha sido casi siempre la culpable, aunque el diagnóstico no siempre ha sido sencillo.
Los cuadros de las bicicletas están hechos por tubos huecos, sean del material que sean (no contamos la bicis de madera). Estos amplifican los crujidos y permiten que los ruidos se transmitan por ellos, creando la falsa impresión de que el sonido proviene de una zona en la que no se está originando en realidad. Esto sucede sobre todo en la zona del pedalier, que hace las veces de caja de resonancia.
Vamos a echar un ojo a esos lugares alternativos en los que buscar ruidos al pedalear.
Punto de unión de las calas con los pedales
Muchos de los ruidos al pedalear provienen de puntos de unión entre componentes de la bicicleta.
No está de más comprobar que los muelles de los pedales automáticos sean la causa de nuestros problemas, igual que tampoco viene mal echar un vistazo a l as calas de nuestras zapatillas. Hay que revisar que estén apretadas de forma firme y uniforme. Y, si están gastadas, cambiarlas es muy económico. No escatimemos en estos componentes baratos que pueden arruinarnos las salidas.
Si no estamos seguros de que las calas sean la causa podemos salir a rodar con calzado normal, sin calas, para ver si los ruidos al pedalear se reproducen.
Punto de unión de los pedales con las bielas
El eje del pedal y sus rodamientos son puntos muy castigados por las presiones. Son muy propensos a los crujidos y ruidos al pedalear, especialmente en otoño e invierno, en los que están expuestos a mucha suciedad y humedad.
Conviene revisar que los pedales están firmemente enroscados en la biela. Podemos descartar holguras o fricciones enroscando los pedales a mano en la biela, dejando el apriete con la llave para el final. Un poco de grasa o fijador de tornillos puede ayudar.
Si creemos que el pedal puede ser la causa del ruido al pedalear, la mejor forma de descartarlo es probando con otro juego de pedales. Si no tenemos otro juego de pedales en casa, siempre podremos pedírselo a algún compañero de grupeta para hacer la prueba.
Ruido al pedalear por los tornillos del plato
Este es uno de los más subestimados. No es raro que los tornillos del plato se aflojen con el tiempo, especialmente en aquellos modelos que no llevan la rosca directamente en la araña de la biela, sino que la rosca y el tornillo van separados. Si se alojan estor tornillos el plato se moverá ligeramente al aplicar fuerza, lo que generará ese odioso crujido.
Para descartar este punto bastará con un chequeo rápido del par de apriete de los tornillos. Como en el punto anterior, una gotita de fijador de tornillos puede ayudar a alargar el mantenimiento.
Cierres rápidos (tipo Quick Release)
El que me trae por el camino de la amargura, porque es el que más sufro. he de decir que en la Merida Silex no me pasa, ya que los ejes pasantes son mucho menos propensos a estos ruidos al pedalear.
Este es otro de esos puntos que suelen dar guerra en otoño e invierno, ya que es cuando los cierres rápidos tienen más tendencia a corroerse ligeramente por la humedad y generar crujidos en el interior del eje de la rueda.
Es muy fácil confundir este ruido con el que hace el eje del pedalier, ojo. Además, es especialmente notable si pedaleamos de pie, imprimiendo más fuerza a los pedales.
Afortunadamente, es uno de los ruidos más fáciles de corregir: basta con quitar el cierre rápido y comprobar si tiene signos de corrosión o suciedad. Si es así, una limpieza con un paño y un poco de grasa o aceite antes de colocarlo de nuevo será una solución rápida y eficaz.
Conviene, ya que estamos, revisar la unión de la patilla del cambio con el cuadro. En muchos modelos de bici, como la mía, el cierre rápido presiona la zona y, si no está bien apretada, puede generar crujidos.
Rodamientos de la dirección
Quizás esta sea la menos habitual de todas las zonas que generan ruidos al pedalear, pero no hay que descartarla del todo. De nuevo, el otoño y el invierno pueden hacer estragos.
Antes de meterse en harina y desmontar toda la dirección es conveniente acercar el oído y prestar atención mientras movemos el manillar en busca de ruidos. Si sospechamos de los rodamientos, lo mejor será extraerlos, inspeccionarlos y engrasarlos debidamente o reemplazarlos (los rodamientos se pueden comprar por separado normalmente).
Eje del pedalier: el ruido al pedalear por excelencia
Pues sí, como todos sabemos, un eje de pedalier con bastante uso, sucio o mal apretado es una fuente segura de ruidos al pedalear. Sobre todo los de tipo Press-Fit.
Aquí van un par de trucos para diagnosticar si el eje del pedalier es el motivo de nuestros males. El primero de ellos es girar las bielas a mano con la cadena quitada. Si notamos holgura o fricción excesiva es casi seguro que el eje del pedalier está pidiendo cariño a gritos.
El otro truco es buscar holgura en el pedalier cogiendo cada biela con una mano y moverlas transversalmente, sin girarlas. Cualquier holgura aquí causaría que los rodamientos se desgastasen de una forma no uniforme y sonar al pedalear.
Por supuesto, estas no son las únicas zonas a revisar cuando aparece un ruido al pedalear. Estoy seguro de que muchos de vosotros podréis aportar muchas otras zonas dignas de entrar en esta lista. si es así, no dudéis en dejar un comentario para que compartamos experiencias.