A eso de medio día, siempre esperanzado en que la nube dejara de castigarnos, me desvié hacia el mirador de Orellán. Albricias, había dejado de llover, lucía el sol como nunca y no hay mayor recompensa, llegados a este punto, que poder contemplar este sorprendente paisaje que ha merecido la consideración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El investigador Javier Sánchez Palencia, en un artículo publicado en la prestigiosa revista Antiquity, sobre la extracción de oro en época romana en la cuenca del Tajo, -que afecta al sur de Salamanca, Extremadura y Portugal-, ratifica la importancia que tuvieron las Médulas para los romanos. Fueron las más grandes, aunque no las más rentables, siempre mirado lo de la rentabilidad desde nuestro criterio actual. Lo que es evidente, porque lo apuntan los investigadores y lo percibes desde aquel privilegiado mirador de Orellán, es que fue una explotación importante y es una de las que mejor se ha conservado. La mayor parte de fotografías que aparecen en revistas y medios de comunicación se han tomado desde aquel punto.
Sorprende el trabajo realizado, ahora denominado "ruina montium", que consistía en hacer pozos y galerías sin salida exterior. Mediante una extensa red de canales se conducía el agua que, al caer con fuerza iba derrumbando las montañas quedando entre el barro las preciadas pepitas.
A mi, particularmente, lo de la niebla y la lluvia me vino bien para comunicarle a la guía que iba a aplazar para otra ocasión más propicia la búsqueda de oro. Además, me esperaba la Décima Gémina en Astorga.
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