La fiebre del oro que atrajo a cientos de inmigrantes europeos a la zona de Minas de Corrales a fines del siglo XIX dejó su huella en el centro del departamento.
La represa hidroeléctrica de Cuñapirú -la primera en América del Sur- fue inaugurada por la "Compañía Francesa de las Minas de Oro del Uruguay" en 1882. Sus ruinas, un testimonio del esplendor de entonces, están ubicadas a orillas del Cuñapirú (por la ruta 29 a 9 km de la ruta 5).
Generó electricidad hasta noviembre de 1918, cuando murió el técnico alemán que la operaba. Las inundaciones de 1959 rompieron el dique de contención. Entonces la usina se clausuró. A fines del siglo XX el Estado uruguayo y la Intendencia de Rivera procuran recuperar parte de las ruinas de la represa y crear un polo de atracción turística.
Represa hidroeléctrica : Contaba con cuatro calderas y una máquina a vapor. El edificio tenía 100 m de largo por 30 de ancho. Sus equipos llegaban a moler hasta 150 toneladas de cuarzo al día. Una vía de tren transitada por una locomotora conocida como La Clotilda la unía con la localidad de Santa Ernestina.
Electricidad : Abastecía con electricidad a las localidades mineras de San Gregorio y Corrales. También movía un aerocarril de 12 km de largo -del que aún quedan sus columnas- para el transporte del cuarzo.