Ayer con un taxi desde Cahul, llegamos hasta la zona fronteriza con Rumania para después ir a Galati. Una vez allí, como no se podía cruzar a pie, nos pusimos a hacer autostop pues al taxista no le permitían pasar más allá y tampoco había transporte público que te llevara.
A los diez minutos nos paró un 4x4 donde iban dos moldavos y
una rumana y desde el mismo coche sin bajarnos pudimos enseñar los pasaportes y
pasara Rumania. Los moldavos nos preguntaron a dónde íbamos y nos
dijeron que ellos también iban a Galati, así que tan contentos nos fuimos con
ellos los 75 km. Siempre encuentras en el camino gente maja.
Una vez en el puerto de Galati, nos despedimos de nuestros
compañeros de viaje dándoles las gracias y fuimos a desayunar unas cañas de
crema y un café con leche y a esperar el ferry que nos cruzaría al otro lado
del Danubio. El ferri se llenó en un santiamén e iba abarrotado con muchos niños,
aquello parecía una jauría, menos mal que sólo eran 15 minutos de trayecto.
Una vez en tierra, estaban los minibuses esperando a los pasajeros que salíamos del ferri para recorrer los 68 km que faltaban para llegar a nuestro destino final, Tulcea, que es el puerto principal del Delta del Danubio.
Así que después de la llegada y descansar por la tarde relajándonos en el spa del hotel Delta 3, ubicado junto al río, continuamos la velada paseando por el muelle y nos fuimos a cenar donde probamos un plato típico de cerdo a la zíngara con un buen vino local.
Hoy estamos dispuestos a disfrutar del día haciendo un pequeño crucero por el Delta del Danubio. Cuando viajamos hace años a Rumania, nos apetecía venir a esta zona pero por falta de tiempo no pudimos, así que aprovechamos este viaje a la República de Moldavia y Transnistria para visitarla.
Embarcamos a las 9 de la mañana y nos vamos a la parte superior de la embarcación desde donde se puede divisar mejor el paisaje y las aves. Salimos de la parte más ancha del río para después introducirnos en los brazos y ramificaciones más estrechas del delta, al igual que en zonas pantanosas.
En el delta podemos encontrar más de 300 especies diferentes de aves, 45 de peces y plantas que sobreviven en este paraíso natural. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1991.
Vemos cormoranes, pelícanos, garzas, grullas, cigüeñas, nenúfares, plantas y otros pequeños pájaros que desconocemos entre los canales que contienen una abundante vegetación exuberante y en distintos ecosistemas. Hay una zona que no nos está permitida visitar por encontrase estrictamente protegida.
Hay puntos de observación en formas de torres y pequeñas cabañas de madera. También hay poblados con casas de veraneo junto a sus pequeñas embarcaciones amarradas donde la gente disfruta pescando o pasa alegremente el día.
Después de tres horas de recorrido nos anuncian de pasar al comedor donde nos deleitan con una sopa típica del Danubio que contiene verduras y bolitas de pescado. A continuación carpa con vegetales y un pastelito de albaricoque y chocolate para terminar la degustación.
Subimos a la proa del barco para tomar un poco el sol y donde continuamos nuestra observación de aves, esta vez más tranquilos y con el motor en punto muerto donde sólo podemos escuchar el canto de los pájaros y nos sentimos felices de encontrarnos en este paraíso natural…