Cuando nos
fuimos de Potosí -ver capítulo anterior- había quedado en mí ese gusto agridulce de ganas de más. Agrio
porque no pude conocer todo lo que me hubiera gustado; y dulce, porque de lo
poco que conocí, me fui encantado. Había dejado atrás una ciudad colonial,
histórica, con un pasado riquísimo –para pasarse horas y horas recorriéndola,
charlando con su gente y conociéndola más-. Una ciudad, que además de su riqueza cultural, me mostró gente
cordial, bonita, simpática y sencilla. Mi...
Esto es sólo un resúmen del contenido. Para acceder al contenido completo del blog y ver todas las novedades ingresa a http://gambeteandoconladepalo.blogspot.com.ar