Elon Musk quiere llevarnos a marte. Todos veíamos este objetivo, pero siempre lo consideramos una meta a largo plazo, uno de estos hitos a los que se le pone fecha una otra vez y que nunca se cumple, pero esta vez parece que va en serio.
Su empresa aeroespacial, Space x ha hecho una gran presentación ayer en la que pudimos conocer muchos detalles de la misión, entre ellas la magnífica fecha para llegar a marte, en 2022. Para ello piensan empezar a enviar misiones no tripuladas en tan solo dos años, pero el viaje será largo, la friolera de 80 días.
Pero empezando por el principio, ayer nos presentaban también el espectacular motor que impulsará a dicha nave.
También conocíamos la nave en si misma, que podrá llevar a 100 personas y esperan poder ampliarla para 200 personas. Y su objetivo es que cualquier persona interesada pueda hacer el viaje, que estiman que costará aproximadamente lo mismo que una casa en Estados Unidos.
A la vista de todos estos datos, es más fácil comprender los anteriores pasos dados por la empresa, especialmente el empeño en aterrizar sus cohetes para hacerlos reutilizables, pues esta nave interplanetaria será puesta en órbita en dos fases diferentes, pero usando el mismo cohete. También será importante esta tecnología para aterrizar en marte y hacer posible una colonia autosostenible.
Lo cierto es que estamos más cerca que nunca de poner un pie en marte, y no solo eso, de construir una colonia autosostenible. Parece cosa de ciencia ficción pero no es así y va a suponer una verdadera revolución. En primer lugar, la vida ya no sera algo planetario, ya no estará ligada al planeta tierra, lo que ya de por si es bastante alucinante, y ese hecho pondrá patas arriba por ejemplo al mundo jurídico. Se supone que ningún país puede reclamar ninguna parte del espacio, satélites y otros planetas, pero de alguna manera se tendrán que regular las relaciones entre varios cientos de personas a millones de kilómetros del juzgado más cercano. Otro gran dilema será que poner en la partida de nacimiento de los niños, porque conociendo la naturaleza de la especie humana será inevitable que más pronto que tarde haya algún nacimiento.
Otra gran incógnita es de que va a vivir esa colonia. Necesitarán importar montones de cosas desde la tierra, y será caro, como cualquier país necesitará tener una balanza de pagos equilibrada y me pregunto que hay en marte. Quizá materias primas escasas en nuestro planeta, pero el coste del transporte no lo haría tan favorable. El turismo podría ser una gran fuente de ingresos, pero no creo que fuera suficiente. En mi opinión la clave podrían ser las condiciones prácticamente opuestas de marte y la tierra. Cada vez más el calentamiento global y el efecto invernadero son un problema, además de la contaminación del aire y las aguas, pero para marte no sería un problema, si no una ayuda. La atmósfera de marte es demasiado tenue. Para mejoras sus condiciones – a siglos vista – es necesario liberar en ella gases de efecto invernadero. No me sorprendería que las primeras factorías que se instalaran en marte fueran aquellas más contaminantes. Desde ese punto de vista también la exportación de materias primas serían favorables pues la minería de ciertos elementos es muy contaminante, y daña los ecosistemas terrestres, elevando los costes de extracción, pero en marte tampoco existirá este problema. En primer lugar porque no hay ecosistemas, y tampoco hay casas que vayan a sufrir daños ni problemas con el impacto visual.
La colonización de marte, va a dejar de ser un sueño para convertirse en un proyecto, y si tengo razón, ese proyecto va a ser enormemente beneficioso para la tierra, pues permitirá “deslocalizar” las industrias más contaminantes.
Vivimos tiempos interesantes, a partir de hoy empiezo a ahorrar para un billete.
Silvestre Santé