La ruptura de la relación de pareja es uno de los acontecimientos más dolorosos que puede vivir una persona. Hay dos variables que suelen ser determinantes a la hora de cuantificar lo doloroso del acontecimiento: el grado de enamoramiento en el que se encuentra la persona, y la cantidad de cimientos estables que se han construido a lo largo de los años de relación. Así:
- La ruptura de una relación que tiene poco tiempo de vida puede resultar especialmente dolorosa si estás profundamente enamorad@ de la otra persona.
- Los años de relación, los amigos comunes, una buena relación con la familia política, los años de convivencia, una hipoteca compartida, los hijos en común... son elementos que aumentan exponencialmente la dificultad y dureza de una posible ruptura.
Como ya expliqué en ESTE POST, no considero especialmente relevante el medio utilizado para dar por finalizada la relación. Casi todo el mundo considera un terrible acto de cobardía romper una relación por teléfono, e-mail o cualquier otro medio que no sea el "cara a cara". La verdad es que en muchos casos el romper una relación "en persona" es mucho más doloroso, dejando recuerdos y heridas mucho más profundas, que otras formas más indirectas de hacerlo.
Aunque cada pareja es un mundo y cada individuo único, hay unas pautas generales que suelen mitigar en la mayoría de los casos ese dolor que genera romper con algo que es o ha sido tan importante para ti. En el siguiente post enumeraremos estas pautas de forma práctica y sencilla, sin grandes explicaciones científicas y con la empatía necesaria en una situación así.