La ruta que veis en el mapa de arriba es la que hicimos nosotros recorriendo, en parte, la ruta 66. Sólo hubo un cambio respeto al mapa y es que Calico lo vimos el día que nos fuimos del Gran Cañón y dormimos en Las Vegas. Por lo que si os dirigís desde Los Ángeles a Las Vegas es un punto de interés que no deberíais perderos.Nos gustaría haber hecho este tramo en un Cadillac o algo más acorde a una carretera tan famosa, pero tuvimos que "conformarnos" con nuestro Chrevrolet Captiva.Aunque habíamos pensado muchísimas veces en hacer la ruta 66 desde Chicago hasta Santa Mónica, las numerosas opiniones que recibimos nos hizo descartarla. Sobre todo porque la mayoría coincidía en que hay muy pocos tramos de la Ruta 66 abiertos al tráfico rodado. Ahora hay una autopista que va paralela en muchos tramos. Algunas fotos que veréis en este post están en lugares de los que ni recordamos su nombre. Simplemente veíamos el cartel de un pueblo y nos desviábamos.
Comimos de camino porque se nos hacía tarde y eso que habíamos leído opiniones muy buenas de un diner que se encontraba en nuestro siguiente destino: Kingman. Se trata del Mr. Dz, casi enfrente de los dos museos que visitamos. El Historic Route 66 Museum y el Mohave Museum of History and Arts.
(Si coméis cerca de Calico, en Barstow hay otro diner mítico, el Peggy Sue´s. Aquí sí que pudimos comer, pero eso os lo contaremos otro día)
La entrada al museo cuesta 6 $ y es válida para los dos museos. Son rápidos de ver, una media hora cada uno y son bastante interesantes. Por un lado, aprendes un poco más sobre el pueblo Mohave y, por otro, ves frikadas de la ruta 66.
En el museo de la ruta 66 nos llamó la atención este aparato de aire acondicionado portátil para el coche. Y pensar que mi corsita (que ayer habría cumplido 12 años) no tenía...En la planta de abajo tenían una interesante colección de coches eléctricos.
Después de Kingman continuamos camino hacia Seligman. Otro típico pueblo donde todavía hay numerosos vehículos de la época que le dan un aire muy molón.
Luismi quería meterme en prisión, pero no fue posible. Y aunque lo hubiese sido, disponía de un túnel secreto en la parte trasera para mi fuga XD
Este vaquero tan especial nos cautivó!
Se nos hacía tarde y todavía nos quedaba una parada, Williams. Es quizás el pueblo de los que vimos que menos parece pertenecer a la ruta 66, pero es también el que dispone de más recursos para los turistas. Numerosas tiendas de souvenirs y un montón de locales de restauración que nos habría gustado probar.
El pueblo de Calico es un pueblo fantasma que tuvo su época de esplendor con la fiebre del oro y la plata. Hoy en día es visitable y recorrer sus calles te hacen viajar en el tiempo.
Hay numerosas tiendas, cada cual más original, en dónde podrás comprar artículos de lo más variado.
La antigua escuela me encantó y aunque estaba cerrada, pudimos echar un ojo a través de sus ventanas.
Se puede entrar en la mina a través de un tren (nos recordó a las cuevas de El Soplao de Cantabria), pero a nosotros se nos hacía tarde. Recordad que Calico podéis visitarlo tanto si vais de Los Ángeles a Gran Cañón, como hicimos nosotros de Las Vegas a Yosemite o de Los Ángeles a Las Vegas.